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España invita al optimismo

La selección se impuso a Canadá en el último partido de preparación para el Mundial 94

Ramon Besa

La selección española aumenta el ritmo del paso en su caminar hacia el abrazo del Mundial. El último amistoso antes del encuentro con Corea, el 17 en Dallas, fue una invitación al optimismo. Nada más. Canadá no fue el rival esperado. El equipo llegó asfixiado al choque de ayer tras librar cuatro partidos en sólo diez días, y su fútbol agresivo, al filo del reglamento, fue reemplazado por una actuación sonámbula. Ofreció un combate demasiado tibio como para medir el punto de forma del grupo de Clemente.El concepto futbolístico del entrenador español, en cualquier caso, va cobrando fuerza. Estuvo muy serio el colectivo español en la panchanga canadiense. El equipo aumenta su tono físico a diario. Hay más chispa en sus movimientos. Y la buena organización del grupo se constata cada jornada. Clemente no encontró ayer ningún motivo para cambiar. Quiere un equipo aguerrido y España tuvo el corte de un bloque granítico dirigido desde el ombligo del campo por el criterio de Caminero. Fue un conjunto de trazos gruesos salpicado por la finura de futbolistas finos como Guerrero.

El saldo de la contienda fue tan resultón como para pensar que la alineación que, debutará en la Copa del Mundo puede ser una fotocopia de la de anoche. La única novedad hoy prevista sería la entrada de Fernando Hierro -ahora lesionado- en sustitución de Abelardo, una novedad que provocaría un replanteamiento defensivo puesto que el equipo pasaría a jugar con cuatro defensas en lugar de cinco.

Los demás justificaron su convocatoria. La entrada de Sergi por Camarasa le dio más vigor ofensivo al equipo, mientras que Guerrero aportó alegría frente al orden establecido por Caminero, el punto de referencia obligado del grupo, y el jugador que ayer ofreció una imagen de cierto liderazgo ofensivo. El medio centro del Atlético de Madrid bajó el balón al pasto -aunque fuera un patatal- cuando sus compañeros perdían los cambios de orientación y proponían un combate aéreo al rival. Las dobles parejas por banda (Ferrer-Goikoetxea y Sergi-Luis Enrique) incidieron en las aperturas, mientras. el bloque central (Nadal-Caminero -Guerrero) movió bien el choque, con el azulgrana metido de libre.

Los buenos conceptos, sin embargo, fueron perdiendo vigor con el discurrir de los minutos. Tras una primera parte aceptable, el partido entró en un atasco hasta que Clemente comenzó a mover el banquillo. Salió Guardiola a dar aire al partido. Pero no hubo demasiados signos de mejora. Los constantes cambios adulteraron el choque. Reincidieron todos los afectados en los movimientos aprendidos en los entrenamientos. Hubo eso sí alegría en el rostro español. Tener el marcador a favor y jugar con un rival que no podía ni con los pantalones permitió al grupo de Clemente transitar por la cancha con acomodo.

El objetivo de Clemente se cumplió, al fin y al cabo, sin reservas. El equipo se va moldeando fisicamente a su gusto, y tiene la pinta de aguardar el Mundial con interés y expectación. Calibrar hoy hasta dónde puede llegar continúa siendo, sin embargo, una empresa más propia de los jugadores de apuestas que de los analistas. La hinchada tiene motivos para seguir pensando que España tiene, más equipo que Corea y que Bolivia, y a Alemania le puede costar doblegar al colectivo de Clemente. España obtuvo frente a Canadá el mismo resultado que los alemanes. No hubo ayer síntomas para cambiar tal pronóstico. Nada nuevo.

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Sobre la firma

Ramon Besa
Redactor jefe de deportes en Barcelona. Licenciado en periodismo, doctor honoris causa por la Universitat de Vic y profesor de Blanquerna. Colaborador de la Cadena Ser y de Catalunya Ràdio. Anteriormente trabajó en El 9 Nou y el diari Avui. Medalla de bronce al mérito deportivo junto con José Sámano en 2013. Premio Vázquez Montalbán.

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