Los periodistas de la RAI protestan contra Berlusconi
jefe del Gobierno italiano, Silvio Berlusconi, calificó ayer de "encuentro ordinario, fijado desde hacía tiempo" y en el que se ó "también de la RAI% la entrevista hora y media que mantuvo con el presinte de la República, Oscar Luigi Scalfao, quien el día anterior manifestó estar 'preocupado" y "deseoso de entender bien o que piensa [Berlusconi]' tras las declaraciones de éste acusando a la RAI, la radio-tevisión pública italiana, de estar en contra del Gobierno. Los periodistas y trabajadores de la RAI protestaron ayer ante el arlamento.
El propio líder de la Liga Norte, Umberto Bossi, aliado de Berlusconi en el Ejecutivo, dijo que a lo que éste quiere llegar es a tener seis cadenas: las tres privadas de su propiedad y las tres públicas.El presidente del Gobierno demostró ir a por todas. Aprovechando el martes una rueda de prensa sobre la operación humanitaria que trajo a Italia a niños huérfanos de Ruanda, había arremetido contra la RAI diciendo que, según sondeos secretos que posee, no gusta a los italianos. "Y como la RAI es una empresa pública sostenida mediante el canon pagado por la gente", añadió el propietario de la Fininvest, "es paradójico que haga una información contraria a lo que la gente quiere".Tales declaraciones, su manifestación de que habría que poner remedio inmediato a semejante ejercicio faccioso y las alusiones al déficit excesivo de la televisión pública provoca ron un fuerte debate entre los partidos políticos y la manifestación de periodistas ayer ante la Cámara de Diputados, sorprendidos del escaso pudor presidencial que le llevó a decir que Fininvest, esto es, sus tres cadenas, son un ejemplo de equilibrio y han hecho un bien a la democracia.El secretario del Partido Democrático de la Izquierda (PDS), Achille Occhetto, respondió a la afirmación de Berlusconi de que no existe en el mundo una televisión estatal en contra del Gobierno, como es la RAI, diciendo que lo que no existe en el mundo es un jefe de Gobierno como él, con tres cadenas propias de televisión y que ahora quiere también las tres públicas, y que pretende, además, que sean afines al Gobierno. En este tono se expresó también el número uno de la Liga Norte y miembro de la mayoría gubernamental, Umberto Bossi, quien aseguró que el primer ministro "tiene ya tres cadenas televisivas que manipulan cotidianamente, segundo a segundo, la, cabeza de la gente. Darle también la RAI sería como darle seis cadenas".En idéntico sentido se manifestó el sindicato de periodistas de la RAI (Usigrai), que ayer denunció "el ataque a una empresa pública a favor de una propiedad privada personal por parte del máximo administrador del bien público".El ex presidente de la Cámara de Diputados, Giorgio Napolitano, del PDS, envió una carta abierta a los actuales presidentes de ambas ramas del Parlamento diciendo que la intención de Berlusconi y del nuevo presidente de la Comisión Parlamentaria de Vigilancia sobre la RAI, Marco Taradash -radical de Marco Pannella, y, como éste, convertido desde 24 horas antes a la mayoría gubiernarnental, suponía hacer pedazos las leyes. "Es inadmisible que la nueva coalición de Gobierno pretenda la dimisión de un consejo de administración nombrado por los presidentes de las cámaras en base a una ley aprobada por el Parlamento", escribió Napolitano. Marco Pannella dijo estar de acuerdo con esta opinión.Junto a la escasamente disimulada ansia de Berlusconi de llegar a controlar las seis cadenas, subyacen problemas reales de una televisión pública a la que durante años se accedió mediante el sistema de reparto de la tarta entre los partidos. Y permanecen también dos cuestiones que la política de comunicaciones italiana tiene que afrontar: la necesidad de revisar la legislación antimonopolio y la ruptura del duopolio televisivo.
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