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Detenidos Sito Miñanco y dos funcionarios, acusados de traficar con drogas desde la cárcel de Valdemoro

El narcotraficante José Ramón Prado Bugallo, Sito Miñanco, fue detenido el pasado jueves por orden de Baltasar Garzón, titular del juzgado número 5 de la Audiencia Nacional, en la prisión madrileña de Valdemoro, donde cumplía condena por tráfico de cocaína. El juez halló indicios de que Sito Miñanco preparaba operaciones de narcotráfico mediante un teléfono inalámbrico. También han sido detenidos dos funcionarios de dicho centro, que presuntamente a cambio de unos sobornos millonarios, le facilitaron el teléfono y actuaron como correos para mover sumas de dinero entre miembros de su red de traficantes.

El Grupo IV del Servicio Central de Estupefacientes mantenía ayer detenidos en sus dependencias tanto al preso -el traficante- como a sus dos carceleros para su interrogatorio. Baltasar Garzón tiene previsto tomar hoy declaración a los tres implicados.

Los funcionarios, en principio, están acusados de cohecho, lo que, de confirmarse, supondría pena de prisión de hasta seis años e inhabilitación. Según la investigación, Sito Miñanco realizó un pago de cinco millones de pesetas para la compra de la vivienda de uno de los funcionarios corruptos y otros abonos por sumas inferiores.

Durante los meses que han durado estas pesquisas, iniciadas a finales del año pasado, el Grupo IV de Estupefacientes ha descubierto que Sito Miñanco ha utilizado dos teléfonos móviles para conectar con miembros de su red, el último de los cuales figuraba a nombre de Emilio Millán.En las pasadas Navidades, según fuentes de la investigación, estos dos funcionarios presuntamente facilitaron al conocido narcotraficante el disfrute de un auténtico banquete en la celda, así como cuantos servicios les requirió el encarcelado.

No es la primera vez que la justicia investiga un caso de presunto soborno a funcionarios por parte de Sito Miñanco. Hace unos años se realizaron indagaciones sobre el presunto intento de compra de un magistrado para facilitar su puesta en libertad, hecho que no pudo ser demostrado.Celda con teléfono.

Cuando fue detenido en enero del año 1991 -también por orden del juez Baltasar Garzón-, se desveló que un operador de Telefónica había obstruido la investigación policial, ya que le alertaba de los teléfonos que tenía intervenidos por orden judicial.

Apenas hace unos meses, se descubrió que el presunto narcotraficante gallego Manuel Charlín. también disponía de un teléfono móvil en su celda, que, supuestamente, también utilizaba para sus singulares negocios relacionados con el tráfico de estupefacientes.

La fiscalía antidroga investigó en aquella ocasión el hecho sin poder llegar a probar qué funcionarios le proporcionaron tal medio de comunicación con el exterior.

Este nuevo caso de corrupción de funcionarios pone de relieve el poder que el talonario brinda a este n arco traficante, quien está acusado de haber introducido alrededor de 2.500 kilogramos de cocaína en España.

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