Raquetas de madera

Desde 1972 han pasado 22 años. Aquel junio de 1972, dos españoles llegaron, como ahora, a las semifinales del torneo de París. Uno perdió y el otro ganó el torneo. Manuel Orantes fue el derrotado. Gimeno, en cambio, logró el título."Fue una cagada como un piano", recuerda Orantes. "Estaba jugando muy bien, había ganado dos torneos y una semana más tarde gané en Hamburgo. Además, antes de Roland Garros jugamos contra Francia la Copa Davis y ganamos a Patrick Proisy sin problema. Pero en las semifinales me quedé bloqueado cuando le ganaba 5-2 ó 5-3 en el primer set. Proisy jugó la final. Y yo, que era el favorito, no".

Eran tiempos muy distintos. Los jugadores todavía andaban con aquellas inolvidables raquetas de madera. "Yo jugaba con la típica Dunlop Maxply, y Orantes con Wilson", dice Gimeno, ahora comentarista en TVE. "Recuerdo que aquel año fue duro para mí, porque mis compañeros me habían nombrado presidente de la ATP y teníamos reuniones diarias hasta la una de la madrugada".

Hacía pocos años que el tenis había abierto sus puertas a los profesionales y Gimeno tenía ante sí, probablemente, su única oportunidad de ganar un Grand Slam. Ganó a Metreveli en cinco sets en las semifinales. Y en la fisets se encontró con Proisy. "Cuando le gané estuve una hora sin saber donde estaba. Me fui a la ducha y estuve mucho rato. Allí me trajeron una réplica de la copa y acabé de ducharme con ella. Fue increible".

Gimeno es optimista: ''Creo que Berasategui estará en la final. A Bruguera le doy el 50% de posibilidades ante Courier. Lo que ha hecho el tenis español este año anuí es lo más grande de la historia