Timadores y bromistas
En un impreso que rellenan 13 millones de españoles, la declaración de la renta, puede pasar de todo. Durante los días de campaña, en la delegación más importante de Madrid, la de la calle Guzmán el Bueno, pasa una media de más de 1.000 personas diarias. En días laborables, muchos son jubilados que incluso se llevan las declaraciones de parientes y amigos para hacerles la declaración mediante el sistema informático PADRE. Con él, funcionarios de Hacienda prestan este servicio de forma gratuita, aunque algunos se empeñan en darles propina.Hay otros que están a la caza del sufrido contribuyente y han ideado un nuevo timo. Esperan a la salida de la delegación de Hacienda y cuando ven alguna víctima apropiada se presentan como funcionario, le dicen que se ha equivocado en la declaración y que por 7.000 pesetas él se lo arregla. Este timo se ha detectado en la zona de San Blas de Madrid.
En el colmo del retorcimiento se ha dado el caso de algún bromista que ha presentado una declaración disparatada en nombre de otro, con el consiguiente susto para el afectado cuando Hacienda le llama para rendir cuentas.
Los mayores líos se presentan, sin embargo, con los separados, divorciados y parejas que conviven y, en especial, a la hora de las comprobaciones. Las discusiones se plantean por quién se aplica la deducción por los hijos o por la vivienda que han comprado.
Algunos separados se empeñan en hacer la declaración conjunta con su ex, porque resulta más barata, mientras que el contrario ha decidido, por ejemplo, presentarla con su nueva pareja y no hay forma de conseguir que se pongan de acuerdo.
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