_
_
_
_

La selección convoca en un entrenamiento a 10.000 personas

Santiago Segurola

La selección española se trasladó al campo de El Sardinero de Santander para efectuar el segundo entrenamiento con balón. La expectación en la ciudad fue sorprendente. Cerca de 10.000 personar presenciaron la sesión, que no contó con la participación del central Abelardo, aquejado de una gastroenteritis.El cambio de escenario del entrenamiento fue provocado por el temor de las autoridades a un exceso de público en el pequeño campo de Vargas, donde practica diariamente la selección. El aspecto de El Sardinero confirmaba la efervescencia que ha despertado el equipo de Javier Clemente.

La salida de los jugadores del estadio tuvo el aspecto del culto a las estrellas del pop. Cientos de personas se agolparon en torno al autobús del equipo. Los jugadores salieron de uno en uno, protegidos por un cordón policial, jaleados por unos aficionados que reservaron todo su ímpetu para aclamar a Julen Guerrero.

Nunca en la historia del fútbol español se ha conocido un fenómeno semejante. Ni tan siquiera los mejores años de Butragueño despertaron las pasiones entre los adolescentes que provoca el joven centrocampista del Athletic. Escondido tras la puerta de salida del estadio, Guerrero miraba con pánico los escaso 10 metros que debía recorrer hasta alcanzar el autobús. Su rostro reflejaba un susto de consideración. El jefe de la policía de Santander dijo en esos momentos de histeria: "Ni con Michael Jackson ha ocurrido esto en Santander". Parapetado entre cuatro policías, Guerrero llegó a duras penas al autobús. Pero él incidente se cobró una víctima: Clemente.

Clemente, en tierra

En medio del barullo, nadie tomó en cuenta la ausencia del seleccionador, algo casi impensable en una concentración donde la figura del técnico es dominante. "¿Y el autobús?", preguntó Clemente. "Se ha marchado", contestó uno de los empleados de la federación. Con una expresión estupefacta, Clemente tuvo que trasladarse a Puente Viesgo en un coche zeta de la Policía.

La sesión estuvo dedicada a practicar el, sistema de presión que quiere Clemente para el Mundial. "No ha sido perfecto", indicó el técnico, "pero es que los jugadores todavía no están en una plenitud física". Mientras tanto, Clemente tuvo que escuchar las noticias que llegaban desde Barcelona. De nuevo se mantuvo tranquilo ' y aguantó el chaparrón. Pero la cuerda con el Barcelona se mantiene todavía bastante tensa.

Hoy se celebrará un nuevo entrenamiento en el estadio de El Sardinero. JavierClemente ha decidido que el trabajo del equipo sea a puerta cerrada. Una cámara de Televisión Española grabará desde uno de los fondos los movimientos que quiere el entrenador, para desentrañarlos después ante el vídeo con los jugadores.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_