'Clásicos populares' cumple 18 años
Desde hace 18 años, los aficionados a la música tienen una cita con el espacio Clásicos populares, que emite Radio 1 de lunes a viernes, de 16.05 a 17.00. Acaba de cumplir los 5.000 días de emisión al compás de las sinfonías de Beethoven, los Nocturnos de Chopin o los ballets, de Stravinsky. Fernando Argenta y Araceli González Campa son los peculiares directores de orquesta de este programa de Radio Nacional.
En Clásicos populares domina la ironía. Los presentadores responden en clave de broma a las acusaciones sobre la supuesta pesadez de la música erudita. Uno de los principales ganchos del espacio es hablar de los grandes compositores con tanto cariño "que es como si fueran de la familia", dice Araceli González Campa. "En muchas ocasiones nos referimos a ellos por sus apodos. Hablamos de Peluca Bach, que es como le llamaban sus hijos; de Padre Rojo, apelativo cariñoso del pelirrojo Vivaldi, o de Esponjita, nombre acuñado por los amigos de tarberna y correrías de Schubert. Otros los inventamos nosotros. A Tellemann le decimos El Hombre de la Tele". "Al público, estas denominaciones le llaman la atención", apunta Fernando Argenta, máximo responsable del programa desde su fundación. "Trabajamos con un lenguaje asequible, de fácil comprensión, y no abusamos de las piezas demasiado", agregan."Lo que más ha evolucionado ha sido la selección musical. Al principio era más básica y con el tiempo se ha sofisticado más. Hay más cultura musical y también más fondos discográficos donde elegir. De aquella época se mantiene Lo repopular, un microespacio donde se emiten movimientos, sinfonías, arias, sonatas y lieder de los músicos más famosos", comenta Araceli González.
Las recetas de Rossini
No tienen compositores ni músicos favoritos: "En 600 años de música clásica hay mucho donde elegir. Todos cumplen su función, y dentro del programa hay un lugar y una fecha para cada uno". Tampoco les guía un motivo especial a la hora de programar ciclos. Las excusas son muy variadas. Y las recetas de cocina pueden ser una de ellas. Durante el ciclo Los clásicos también comen explicaron con pelos y señales la forma que Rossini tenía de cocinar la pasta o la afición de Beethoven por las sopas, que incluían hasta nueve huevos. Todo ello aliñado por las partituras de los cocineros-compositores en cuestión. Los músicos que vivieron más años; los que fueron asesinados; los que murieron de forma poco normal o sus vidas amorosas son otras buenas excusas y el origen de varios ciclos.Medio millón de aficionados les esperan cada día. Y entre los oyentes, muchos famosos. "La soprano Teresa Berganza nos envía tarjetas desde Tokio y dice que sólo hace novillos cuando está de gira. El guitarrista Narciso Yepes es otro asiduo y, más de una vez protagonista del programa", tercia Argenta.
Cantantes, estudiantes, ministros, alcaldes, amas de casa, jubilados, taxistas y camioneros siguen cautivados el programa. Muchos escuchan Clásicos populares desde que eran adolescentes. El espacio llega hasta la frontera con Portugal, al sur de Francia y hasta Marruecos. "Desde este país nos escribió un día un preso político", explica Araceli, "y nos decía que así se sentía un poco en contacto con el exterior".
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