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Comandos israelíes secuestran en Líbano a un líder guerrillero musulmán

Comandos aerotransportados israelíes se infiltraron ayer 80 kilómetros en territorio libanés y en una espectacular operación de pocos minutos de duración secuestraron a un dirigente guerrillero musulmán para tratar de esclarecer la suerte de un aviador israelí capturado en 1986 y la de otros seis soldados que desaparecieron en Líbano desde 1982.Informaciones llegadas de Líbano señalan que dos helicópteros israelíes, con una veintena de soldados y dos vehículos a bordo, penetraron sigilosamente hasta el sector oriental del valle de la Bekaa a las tres de la madrugada. Amparados por la oscuridad, los soldados viajaron cinco kilómetros por territorio controlado por el ejército sirio hasta las afueras de la aldea de Kasernaba, donde aparentemente les esperaba un colaboracionista. Luego irrumpieron en la casa de Mustafá al Dirani y se lo llevaron en pijama. Ahora se encuentra en una prisión en Israel.

Su hijo Alí, de 11 años, declaró a un corresponsal de la agencia Reuter: "Entraron en la casa destrozando la puerta con un hacha. Cuando me desperté me encontré con un soldado que me apuntaba una pistola a la cabeza y me preguntó donde teníamos armas. Llamaron a mi padre, a mi madre y a mi tío por sus nombres y les esposaron. Revisaron la casa, cogieron papeles y algunas cosas y se llevaron a mi padre. Todo ocurrió en siete minutos".

Israel cree que Dirani, de 49 años y líder de la facción guerrillera pro iraní Resistencia de los Fieles, conoce el paradero de Ron Arad, el ingeniero de vuelo de un cazabombardero israelí derribado cuando atacaba un campamento de refugiados palestinos al este de Sidón, hace ocho años. Dirani, que es más conocido por su nombre de guerra, Abu Alí, mandaba entonces la unidad de la milicia pro-siria Amal, que tomó prisionero a Arad cuando aterrizó en paracaídas. Los israelíes sospechan que cuando Dirani se distanció más tarde de Amal, Arad fue transferido a agentes sirios.

La operación de ayer fue idéntica en estilo y propósito al secuestro del jeque shií Abdel Karim Obeid, el líder del Hezbolá (Partido de Dios), en la aldea libanesa de Yibchit, en agosto de 1989.

Obeid, que permanece incomunicado en una cárcel israelí, también fue capturado como parte de los hasta hoy infructuosos esfuerzos del Estado israelí por, determinar la suerte de soldados que desaparecieron en Líbano durante y después de la invasión de 1982. Según algunas versiones, Arad es el que más posibilidades tiene de seguir con vida. Medios israelíes sugieren que el aviador está en manos de Siria o Irán, una. afirmación que Damasco y Teherán desmienten.

La operación coincide con el furor que promueve la derecha israelí, opuesta al repliegue de tropas de Gaza y Jericó y con las dificultades que está hallando Israel en Gaza y Cisjordania. El viernes, guerrilleros palestinos mataron a dos soldados en una emboscada en Gaza, lo que puso de manifiesto, una vez más, la vulnerabilidad del Ejército israelí en los territorios ocupados.

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