Criterios dispares
La Bolsa hizo frente ayer a un par de cuestiones, internas y externas, y optó por dejar todo como estaba. La posibilidad de que la Reserva Federal elevara una vez más sus tipos de interés, como ocurrió, frenó los mercados, a la espera de lo que pudiera suceder en Wall Street. Ese mercado cerró con una subida de 49,11 puntos. A nivel interno, se trataba de valorar en solitario los primeros resultados empresariales que evidencian que la recuperación económica existe, pero los inversores no se atrevieron a tanto y prefirieron actuar al dictado de los hechos consumados.Lo único destacable de esta sesión es el volumen negociado, 36.600 millones de pesetas efectivas que, a pesar de la concentración del 60% para diez valores, indica que el interés de los inversores se mantiene, aunque sea con condiciones. El actual nivel de las cotizaciones resulta así un tanto ambiguo, puesto que compradores y vendedores lo consideran atractivo por igual. Papel y dinero son abundantes y permiten un intercambio fluido del que lo único que se desconoce son las consecuencias a medio plazo. Una de las conclusiones que se pueden extraer de este comportamiento es la ausencia de uniformidad en el criterio de los inversores, posiblemente inducida por la vaguedad de los datos en los que se basan las decisiones sobre la evolución de los tipos.
Francfort terminó la lesión con un recorte del 0,5%, mientras que Londres ganaba un 0,25% y París el 0,34%. Madrid terminaba la sesión con una ganancia del 0,21% que en el caso del Ibex 35 se limitó a un 0,1%.y
