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Reportaje:

Lourdes en Madrid se llama Gema

Más de 50.000 personas besan la reliquia de la santa en El Viso

Cayetano López entró, de casualidad, el viernes 13 en una iglesia encharcada de agua y de gente, con mujeres descalzas arrastrándose de rodillas hacia el altar y un continuo desfile de devotas plegando el paraguas antes de desplegar su alma ante el corazón de santa Gema, situado bajo el altar. En la Asociación Nacional Contra el Cáncer, casi pegada a la iglesia de Santa Gema, situada en El Viso, le entregaron el viernes por la mañana el diagnóstico médico de su hija. El resultado fue favorable. "He dado las gracias a Dios y una limosnita. Ha sido una casualidad que entrara y no me quedo más porque tengo prisa", explicaba el padre feliz, de mediana edad.Junto al maduro novato, cerca de 50.000 personas han pisado, entre el pasado viernes y ayer sábado, el santuario para besar la reliquia (una costilla) de santa Gema Galgani, que murió a los 25 años y está enterrada en su lugar natal, Luca (Italia). Los días 13 y 14 de cada mes están dedicados a la santa. A su santuario de El Viso, edificado entre 1948 y 1954, acuden entre 30.000 y 40.000 personas. Pero ayer fue la festividad de santa Gema, motivo por el que aumentó de forma brutal la afluencia. Tanto, que ocho sacerdotes no dieron abasto a confesar a la cantidad ingente de creyentes que llamaron a las puertas de los confesionarios.

El boca a boca ha conseguido que el santurario de santa Gema sea un imán de los feligreses madrileños en busca de sus favores. La tradición pasa, sobre todo, de madres a hijas: Lo que irremediablemente implica que un montón de jóvenes se quieran casar allí. "Celebramos entre 250 y 300 bodas al año, que no cuestan nada de dinero, y cada dos domingos hay 15 bautizos" explica el sacerdote más joven del lugar, Pepe Fernández del Cacho. El overbooking casamentero lo corrobora Consuelo Liébana, vecina de la calle de López de Hoyos. "Mi hija se casó aquí y tuvo que venir a las siete de la mañana para conseguir una fecha". Paloma, de 26 años, viene desde Campo Real siempre que puede también fue su madre la que le inculcó la fe en la santa italiana. Como a María Piedad Pardo, de 45 años, que se acercó con Gregoria, su madre, de 82 años. "Yo tengo mucha fe. Hasta ahora, todo lo que le he pedido me lo ha concedido", explica la madre.

Para evitar los agobios de ayer, una rubia y divorciada publicista se acercó el viernes al templo. "Las personas necesitamps, porque estamos al desarraigados de algo fuerte", explica la mujer. Va allí cada mes desde hace 13 años. "De joven le pedí, por la cara una cosa impresionante y me la concedió. Le pedí dinero y lo consegui a través de un contrato de trabajo". Como lo prometido es deuda, visitó la tumba de la santa en Italia.

La intervención de Galganino sólo es por la vía espiritual. La parroquia de santa Gema, de la que se ocupan 10 sacerdotes y siete hermanos de la congregación de los pasionistas, envía cada mes un cargamento de 500 kilos de ropa hacia Bólivia y las medicinas depositadas por los feligreses en una caja de cartón son casi la única fuente de la que se surte el hospital de la ciudad de Colquín, en el altiplano boliviano. "Gracias a santa Gema, comen muchos niños", recuerda Fernández del Cacho.

Tras las ajetreadas jornadas del 13 y 14 de cada mes, acaba el desfile de devotos y comienza el de inmigrantes marroquíes. También entre ellos funciona el boca a boca, pero no para ir a besar la reliquia, sino para acudir en busca de la ropa usada y las bolsas de comida que han regalado los feligreses.

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