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La OLP pide altas sumas de dinero por narrar la vuelta de Arafat

"Se busca urgentemente remedio para eliminar impresión de pedigüeños que arruina la imagen de los palestinos". Más o menos así debería leerse el anuncio que Yasir Arafat tendría que poner mañana mismo en todos los periódicos del mundo a los cuales ha llegado un comunicado grosero. Se reparte en hoteles de Jerusalén y, con indisimulado deleite, en las oficinas de prensa del Gobierno israelí. Acompañar a Arafat en el camino de retorno a Palestina cuesta dinero. Bastante dinero. Más de un millón de pesetas. Actitudes vulgares están desfigurando el idealismo de Palestina en esta etapa de euforia nacionalista. Y la OLP, en Túnez, no parece haberse enterado.En un comunicado de ocho párrafos, la Broadcasting Corporation de Palestina, es decir, el futuro Ministerio de Información de la OLP, ha hecho saber que los periodistas que deseen acompañar a Arafat en su todavía imprecisa llegada a Jericó tendrán que pagar por lo menos 10.000 dólares (1,3 millones de pesetas, aproximadamente). En el bazar de Oriente Próximo, la histórica etapa de la autonomía palestina se ha convertido en mercancía. Se vende la noticia.

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Esperando a Arafat

Samán Khoury, el organizador local del evento, lo decía ayer sin tapujos: "Tiene usted suerte. Todavía tenemos asientos en el avión de Arafat y en el convoy que lo llevará a Palestina". En la conversación telefónica, no era difícil imaginárselo frotándose las manos. Nadie sabe cuando llegará Arafat, pero obviamente Khoury ya asisten funcionarios de las empresas Teleaxis Consultants, en París, y Teleaxis Holding, en Viena, cuyos teléfonos figuran al pie del panfleto.

Operación comercial

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La justificación del coste es en sí un antifaz de una indigna operación comercial. "A fin de cubrir la partida del liderazgo palestino desde Túnez y su arribo a la tierra de Palestina son necesarios arreglos y medidas de seguridad capaces de garantizar el éxito de la histórica travesía. Todo esto requiere que los periodistas que participen en el viaje paguen una surna", dice el párrafo tres.

Acto seguido, se tambalea el argumento de que semejante procedimiento "no pone en peligro el principio de la libertad de expresión". Luego dice que los "fondos excedentes" de la operación estarán destinados "al establecimiento de una Academia de Ciencias y Cultura y a la futura radio y televisión palestinas''. Y aquí viene el anzuelo: Los que paguen tendrán acceso a "algunas conferencias de prensa exclusivas".

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