Un infarto fulmina al líder laborista británico cuando su partido preparaba la vuelta al poder
Un fulminante ataque al corazón acabó ayer con la vida del líder laborista británico, John Smith, de 55 años, a las 10.15, hora peninsular española, en el histórico hospital de San Bartolomé de Londres. La muerte de John Smith deja a su partido en una delicada situación ante las elecciones europeas del 9 de junio, justo cuando una reciente y espectacular victoria en las municipales y la totalidad de las encuestas apuntaban a que podía arrebatar el poder a los conservadores, que, a duras penas y en medio de graves conflictos internos, encabeza el primer ministro John Major.
Smith tomaba un baño en su casa de Barbican, en la City, cuando se sintió repentinamente mal . Su mujer, Elizabeth, llamó inmediatamente a una ambulancia que le trasladó al hospital. Ni el equipo de la UVI ambulante ni los médicos del Bartholomew consiguieron salvarle la vida, pese a los esfuerzos de rehabilitación. Por expreso deseo de su familia, la noticia no se hizo pública hasta pasadas las 11 de la mañana (hora española).John Smith, nacido en el seno de una familia de rígida moral presbiteriana, en Escocia, abogado, casado y padre de tres hijas, había sufrido otro grave ataque al corazón en 1988 que le alejó durante tres meses de la vida pública. Tras tomar el relevo de manos de Neil Kinnock, tras la catástrofe de las elecciones generales de 1992, Smith había Conseguido ofrecer una imagen de tosca solidez en el seno de un partido que ha conseguido sus mejores bazas sobre la base de aprovecharse de los errores y divisiones de los conservadores.
Giro hacia la "derecha"
Bajo su liderazgo, los laboristas habían iniciado también un tímido giro hacia posiciones de "derecha", con actitudes cada vez más favorables a la privatización en sectores como la sanidad y la enseñanza. Su muerte repentina cayó como una bomba en el cuartel general laborista, en Walworth Road, donde se ultimaban los preparativos de la próxima campaña para las elecciones europeas. De momento, la jefa del grupo parlamentario, Margaret Beckett, de 51 años, se ha hecho cargo del liderazgo del partido en un momento especialmente delicado, con el reto electoral del próximo 9 de junio.
Smith había visitado Saint Bartholomew, uno de los hospitales más antiguos del Reino Unido, apenas dos semanas atrás, en un intento de llamar la atención sobre las amenazas de cierre que pesan sobre el centro médico. Un destino irónico le devolvió ayer a las mismas salas acompañado esta vez únicamente por su esposa. Westminster se dispuso a apurar la copa de las condolencias con una larga intervención de John Major, en la que el primer ministro desgranó los mayores elogios para su rival político.
Margaret Beckett, desde las filas laboristas recordó también, en algún momento al borde de las lágrimas, las grandes cualidades -responsabilidad en el trabajo, honestidad, sentido del humor- del líder fallecido. Pero no sólo los laboristas parecían ayer tremendamente afectados por la muerte de Smith.
Condolencias
Todas las personalidades del Reino Unido, desde la Reina Isabel II que envió un mensaje personal de condolencia a su familia, hasta la antigua primera ministra Margaret Thatcher, pasando por los líderes sindicales manifestaron su dolor por una pérdida esencial."Es una noticia terrible. Una enorme pérdida no sólo para su familia y para los laboristas, sino para todo el país", explicó una lady Thatcher particularmente pálida ante las cámaras de la BBC. Los conservadores, que celebran estos días su conferencia anual en Inverness (Escocia), guardaron un minuto de silencio al tener conocimiento de lo ocurrido.
El presidente del Gobierno español, Felipe González, manifestó ayer sentirse "muy afectado" por el fallecimiento del líder laborista. En opinión de González la muerte de John Smith significa "una gran pérdida tanto para el Reino Unido como para el socialismo democrático". El jefe del Ejecutivo español indicó que confiaba mucho en sus aportaciones para la construcción europea. La Internacional Socialista también hizo público ayer un comunicado de condolencia.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.