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Entrevista:

"No pienso aprender a cambiar una rueda"

Primero fue un tratado sobre cómo lograr que los hijos remolones se emancipen de una vez, y ahora Teresa Campos (Tetuán, 1941), arremete, siempre en clave de humor, contra el género masculino. ¡Qué hombres! Así son y así nos gustaría que fueran es el titulo del libro, que reúne reflexiones, experiencias consejos y alguna que otra arenga contra los descendientes directos de Adán, legendario poseedor de la costilla más fructífera del universo. La relación hombre-mujer genera el más extenso, apasionado y tópico de los discursos. Pero, como todos los asuntos. cuya solución sobrevive al paso de los años, príncipes azules y medias naranjas tienen todavía un papel destacado en cualquier charla. La periodista y escritora Teresa Campos dirige y presenta cada día el magazine matinal de TVE-1, Pasa la vida. En el mismo programa se permite hacer pinitos como actriz, una vieja aspiración, y, por si fuera poco, canta ella misma la sintonía. Es ama de casa, compañera, madre y abuela. Y, con tanto trajín, todavía tiene tiempo para publicar libros.

Pregunta. ¿No tendrá usted negros, verdad?

Respuesta. No, en absoluto. Pero, evidentemente, tengo ayuda. Un programa como Pasa la vida necesita mucho esfuerzo. Todo lo bueno o lo malo que hago en televisión es fruto del trabajo de un equipo.

P. ¿Ningún hombre se ajusta al gusto femenino?

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R. Tampoco hay que buscar la perfección. Sería muy aburrida, asquerosa incluso. Con lo mejor del hombre y lo mejor de la mujer saldría un ser estupendo.

P. El feminismo, ¿tiene aún razón de ser?

R. Naturalmente. Ya lo digo en el libro, hemos conseguido la igualdad en la letra de la ley. Hagamos ahora la revolución pendiente. El hombre debe asumir sus responsabilidades en el hogar. Pero, ¡atención!, no queremos que nos ayuden. Ser padre, por ejemplo, es algo más que empujar el cochecito del bebé.

P. Usted es jefa, ¿los hombres la obedecen?

R. Yo siempre me he negado a fomentar ciertos tópicos, como quien conduce mejor, quien manda más. Entre jefes y jefas, no hay diferencia. Importa que la gente que trabaja contigo te respete. En mi caso, creo que es así, y presumo de ser una jefa muy curranta.

P. Pero a las mujeres les cuesta más seguir estupendas, según pasa la vida.

R. Con el tiempo, el hombre gana y la mujer pierde. En un trabajo como el mío, la mitad es imagen y la otra mitad profesionalidad. Por ejemplo, Hermida y Carrascal, ¿dónde están las equivalentes femeninas? ¿Acaso no hay en España buenas periodistas?

P. ¿Qué opina su pareja de las cosas que se dicen en el libro?

R. Félix Echeverreta tiene un gran sentido del humor. Lo ha leído, se ha reído y se siente muy identificado con algunas cosas.

P. ¿Es cierto que se conocieron cuando a usted se le rompió el coche y él tuvo que socorrerla?

R. No exactamente. Yo iba en un coche de Radio Nacional, con dos compañeros y un conductor. Pero ni pienso aprender a cambiar una rueda, ni mancharme las manos de grasa. Antes tienen que cambiar ellos en cosas más importantes.

P. ¿El andaluz es más machista que el madrileño?

R. Hay de todo en todas partes. Málaga, donde he vivido tanto tiempo, es una ciudad abierta y muy cosmopolita, a veces más que Madrid. Noto más diferencia de carácter con mi pareja. Los vascos son tan estupendos como especiales.

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