Roldán negoció y con la mafia francesa para acabar con la cúpula de ETA

Luis Roldán, ex director general de la Guardia Civil, perseguido hoy por la justicia, controló personalmente entre marzo y julio de 1991 un proceso de negociación con la mafia francesa para detener a la cúpula de ETA. Documentos secretos en poder de EL PAÍS detallan los contactos habidos entre miembros de la red, dedicada al blanqueo de dinero a gran escala, y oficiales de la Unidad de Servicios Especiales (USE) de la Guardia Civil. A cambio de su colaboración, los mafiosos exigían un trato especial para la compra a muy bajos precios de edificios de propiedad pública en Madrid por valor de hasta 2.000 millones de pesetas.

La rocambolesca historia se inició en marzo de 1991 cuando un mafioso que se identificó como Jean Claude aseguró que su organización había recibido una propuesta de ETA para blanquear 180 millones de pesetas. El francés, residente en Bayona, trasladó la información a la Guardia Civil para que agentes de este cuerpo la explotaran a cambio de no molestar a la mafia y de permitirle comprar solares o edificios, algunos de ellos del Ministerio de Defensa.A partir de ese primer contacto, la principal entrevista entre guardias y mafiosos se registró en El Corte Inglés de la calle de Preciados, de Madrid, el 12 de abril, a las 15.30. Mafiosos y guardias también prepararon otro encuentro en París para el 5 de julio de ese año, con la presencia de uno de los delincuentes franceses, un etarra que llevaría los 180 millones y un guardia que se haría pasar por miembro de la red de blanqueo.

Tras el primer encuentro, un oficial asistente escribió: "No se produjeron incidencias salvo la detección de dos personas, varones, que daban protección a Jean Claude. Parecían de origen francés, fornidos y de aspecto mafioso. La red a la que pertenecen parece ser muy poderosa". Por parte de la Guardia Civil, participaron en las citas con los mafiosos dos tenientes de la Unidad de Servicios Especiales, cuerpo de élite dedicado a contrainformación y operaciones encubiertas. El plan contó con el visto bueno del Gobierno español, pero finalmente los mafiosos franceses optaron por no llevar a cabo la operación por razones aún no aclaradas.

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