Aplastante derrota del presidente Durán en las elecciones legislativas de Ecuador
El Partido Social Cristiano (PSC, de derechas), del antiguo presidente León Febres Cordero, ha sido el vencedor de las elecciones legislativas celebradas el domingo en Ecuador para renovar 65 de los 77 escaños del Parlamento, que han supuesto una aplastante derrota del actual presidente, el conservador Sixto Durán Ballén, a manos de la oposición socialcristiana, populista y de izquierda. Los primeros resultados de los comicios atribuyen al partido de Durán Ballén, la Unión Republicana, sólo dos escaños.
El PSC, que dirige Jaime Nebot -que fue rival de Durán en las elecciones presidenciales de 1992 y que es principal aspirante a sucederle en 1996-, logró 26 de los escaños en disputa, según los primeros resultados oficiosos. Los definitivos no se conocerán hasta finales del presente mes.En segundo lugar se sitúa, con 11 escaños, el Partido Roldosista, de oposición, que dirige el populista Asad Abdalá Bucaram. Otros dos grupos de la oposición, el Movimiento Popular Democrático (MPD, maoísta) y la Izquierda Democrática (ID) del ex presidente socialdemócrata Rodrigo Borja, consiguen nueve y ocho diputados respectivamente.
En el nuevo Parlamento, el presidente ecuatoriano dispondrá de una minoría aún más precaria que en la actual legislatura. Los dos partidos que apoyan al Gobierno sólo contarán con nueve de los 77 escaños del Parlamento.
El septuagenario Durán Ballén llegó a la presidencia de Ecuador en 1992, con más de 50% de los votos, mientras que los dos partidos que le apoyaron obtuvieron 17 escaños parlamentarios. Sin embargo, un tercio de los parlamentarios cambió de partido o se declararó independiente.
Estos cambios de camisa -que según la prensa ecuatoriana significan simplemente que los diputados vendieron su voto al mejor postor- favorecieron durante los dos últimos años al presidente Durán Ballén, ya que pudo conquistar parte de los independientes en votaciones fundamenteles en el Congreso. Esto provocó las iras de la oposición, que consideró ese cambio de votos como prueba de corrupción política.
La ley de privatizaciones que pretende impulsar el Gobierno de Durán Ballén, y sus proyectos de aumentos de impuestos y otros planes económicos considerados como fundamentales por el presidente, fueron frenados en el Congreso saliente y ahora cuentan aún con menos posibilidades, ya que en el próximo Parlamento se agudizará la debilidad de la Administración de Durán Ballén, a menos de que se produzcan nuevos y numerosos cambios de camisa.
El presidente Durán no se ha mostrado sorprendido por unos resultados que ya habían sido adelantados por los sondeos de opinión. Estas encuestas. reflejaban la creciente impopularidad del jefe del Estado.
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