'Derby' universitario

"Venimos a por todas, esto es la guerra. Se van a cagar", sentenciaban ayer los jugadores de fútbol de la Universidad Complutense nada más poner pie en el campo contrario, el campus de la Autónoma. En este partido se decidía el campeón universitario de Madrid. La Complutense tenía que meterle tres goles como mínimo a los jugadores de la Autónoma si quería clasificarse para el torneo interuniversitario que se disputará en mayo en Valladolid. Al final, sólo coló en la portería contraria dos balones. Menos goles metió la Autónoma, con un sólo tanto, pero se aIzó como equipo campeón.

Ya en el campo, los jugadores de la Autónoma, vestidos de blanco, intentaban reconocer a sus contrincantes naranjitos, a quienes, en teoría, se habían enfrentado en anteriores partidos. "Han cambiado a la mayoría de los jugadores, menudo equipazo han traído. Son profesionales que juegan en equipos federados de Tercera División. Los conozco a todos y tienen mejor nivel que los nuestros. No hay más que verlo...", decía indignado Julián, entrenador de los chavales de la Autónoma. "¡Pero qué dices! Nosotros tenemos muchos jugadores y sacamos lo que nos da la gana", le replicaba Piqué, suplente de la Complutense.

Ningún jugador de esta universidad se identificó con nombre y apellidos -sólo por el de pila y por apodos: BJ, Mica, Paco- por temor a las sanciones de los equipos contra los que juegan en nómina. "Qué lista [refiriéndose a la redactora], no te voy a decir nada, que luego vienen los problemas. También los otros traen profesionales ¿Qué te crees?", decía Juanchu, entrenador y portero de la Complutense. Por parte de la Autónoma sólo dos jugadores hacen doblete en equipos regionales.

El duelo, tanto en el terreno de juego como en el banquillo, era a muerte. Sin duda, el rincón de la Complutense era el más animado. Desde allí se podían oír toda clase de insultos dirigidos a los contrarios y al árbitro, quien paró el partido para amonestar a los suplentes. "Por favor, ante todo, no se puede perder la educación", les regañó. "Si ellos [los de la Autónoma] hacen lo mismo, maricón", replicaron los de la Complutense. "Arbitro, eres el Mariano Rubio del fútbol", insistían.

Faltaban apenas 20 minutos para el final del partido, la Autónoma ya había inaugurado el marcador y los naranjitos tenían todavía que marcar dos goles. El sudor y los nervios estaban a flor de piel. Su estrategia era atacar a la Autónoma como fuera, con goles o improperios. "Nenas, que sois unas nenas, hijos de puta...", les gritaban a los anfitriones, a quienes incluso les recriminaban el racaneo de balones en el campo. "Es que sólo hemos traído un balón y ellos tres, y claro no quieren perder tiempo", aseguraban en el banquillo de la Autónoma, donde los ánimos estaban más calmados. Si acaso se oía alguna que otra palabra fuerte. Y cuando alguno de los jugadores erraba un tiro, resonaba un constante "ay, mi madre".

Esta liga anual entre siete universidades madrileñas -UNED, Alcalá de Henares, Comillas, Carlos III, Politécnica, Complutense y Autónoma- se celebra siempre en el campo de tierra de esta última, organizadora del torneo. El desplazarse a 15 kilómetros de Madrid cada vez que tienen que jugar un partido es algo que revienta a la Complutense. "Es lamentable que los partidos de ida y vuelta se tengan que jugar aquí. Si lo organizáramos nosotros, se sabría lo que es afición. No esto, que es una farsa", criticaba Piqué.

Y es que a los de Cantoblanco, a pesar de jugar siempre en casa, les abandonó la afición. Unos veinticinco alumnos de la Autónoma presenciaban en la cima de una loma el encuentro. Pero la mayoría estaba a favor de la Complutense. "Son los mejores y los que más nos gustan", decía Nati, de 22 años, alumna del INEF en la Autónoma.