El carril misterioso

La primera vez que me sucedió lo achaqué a uno de mis despistes al volante. Volvía a Alcorcón por la ruta M-40 N-V y de repente vi que mi carril (prudentemente circulaba por el carril derecho) se transformaba, sin solución de continuidad, en carril de desaceleracíón para una salida de la M40 hacia la zona oeste de Alcorcón y Leganés. Ante ello tuve que improvisar un brusco y peligroso cambio de carril para poder seguir hacia la N-V. Al día siguiente fui comprobando la señalización y advertí que el despiste no era tal, ya que en ningún momento se advertía a los conductores que la calzada de tres carriles pasaba a dos y que el derecho se desviaba, como sí se hace en otros casos en esta autovía. Simplemente se va anunciando a 1.000 y 500 metros que habrá un desvío a la derecha, pero, ante la falta de otra señal, la lógica invita a suponer la continuidad de los tres carriles.Desde entonces tomé las precauciones oportunas para otras ocasiones, pero continué prestando atención a este punto, sobre todo desde que se repitió el susto, pero esta vez por otro conductor que cayó en la misma trampa del desvío, haciendo tal cambio de carril que a punto estuvo de embestirme lateralmente. Desde entonces circulo con mi vetusto R-5 (de más de 10 años, por lo cual es chatarrable y acepto ofertas de fabricantes) por el carril de la izquierda, encajando estoicamente los bocinazos y destellazos de coches más potentes y veloces, y desde esta incordiante posición observo cómo continúan produciéndose maniobras abruptas (especialmente frecuentes y peligrosas con los trailers extranjeros que no conocen el punto negro), en las que no sé si se habrá producido ya algún accidente; lo que, si no ha ocurrido, no tardará en producirse, cuando sería evitable con algo tan sencillo como tres simples señales que indiquen carril desviado.-