Mandela: "Es el comienzo de una nueva era"
Nelson Mandela, la encarnación de la lucha contra el racismo surafricano, pudo votar ayer por primera vez en su vida, a los 75 años, y con su sufragio asestó el tiro de gracia simbólico al apartheid. "Es el comienzo de una nueva era", manifestó el máximo favorito para convertirse en el próximo presidente de Suráfrica tras depositar su papeleta en un gueto de Durban. El nacimiento de la nueva Suráfrica en este histórico 27 de abril que puso fin a 342 años de opresión de la mayoría negra se vió ensombrecido a la caída de la tarde con la amenaza del líder zulú, Mangosutu Buthelezi, de retirarse de las elecciones en vista de los problemas logísticos que han impedido votar a sus seguidores. El presidente Frederik W. de Klerk instó de inmediato a Buthelezi a considerar las implicaciones de un fracaso de estos comicios.
La soleada jornada climática política surafricana se cubrió estremecedores nubarron cuando Buthelezi salió al paso de las dificultades que se están produciendo en el proceso electoral. El líder zulú habló de que iba a someter el caso a la consideración del comité central del Partido de la Libertad Inkatha (IFP) dados los innumerables casos en que sus seguidores no habían podido votarle como deseaban.Buthelezi alegó que faltaban papeletas en los colegios, que en muchas de las repartidas no se había añadido la pegatina del IFP y que no había control suficiente ante las urnas. El juez Johan Kriegler, responsable de la Comisión Electoral Independiente, encargada de conseguir que estas elecciones sean libres y limpias, había manifestado con anterioridad su disposición a aceptar como válidas las papeletas en las que no figurara el IFP pero en las que el elector hubiera escrito el nombre o las siglas del partido. Buthelezi rechazó la fórmula al considerar, acertadamente, que muchos de sus posibles votantes son analfabetos.
Su amenaza hizo sonar todas las alarmas en el país. De Klerk aludió por encima a que todos estos problemas derivaban de la tardía decisión del IFP de participar en los comicios, pero adoptó un tono conciliador con Buthelezi. "Le pido que considere seriamente las implicaciones del fracaso de estas elecciones", dijo. "Todos queremos que sean un éxito. Cuando nos encontramos ante el mayor acontecimiento histórico en la vida del país debemos dejar de fijarnos si cada lleva su punto".
La primera medida que se adoptó ayer para satisfacer las exigencias de Buthelezi y hacer posible que nadie se quede sin votar fue convertir en festivo el día de hoy con el objetivo de facilitar la votación a quienes ayer no pudieron depositar su sufragio. A los presidentes de cada colegio electoral, además, se les concedió la discrecionalidad de mantener los locales abiertos todo el tiempo que fuera necesario hasta la medianoche de hoy. Se llegó a hablar también de la posibilidad de extender un día más las tres jornadas oficiales de votación.
El frenesí político provocado por esta incidencia llevó a un segundo plano la histórica votación de Mandela y otros destacados dirigentes negros. Mandela viajó a Natal y estaba ante el colegio que había elegido en el gueto de Inanda bastante antes de que se abrieran las puertas a las siete de la mañana. En seguida depositó su sufragio para la Asamblea Nacional y, para el Parlamento provincial, se sacó la urna correspondiente del local para que todos los fotógrafos pudieran obtener una de las instantáneas del siglo.
El líder del ANC reveló poca emoción en ese momento y al instante hizo una declaración: "Ésta es una ocasión inolvidable para todos los surafricanos. Es la realización de las esperanzas y sueños que hemos tenido durante décadas, sueños sobre una Suráfrica que represente a todos los surafricanos". Y añadió: "Es el comienzo de una nueva era. Estamos empezando una nueva era de esperanza, reconciliación y reconstrucción nacional". Un Mandela conciliador volvió a intentar aplacar los temores de las minorías, en especial de los blancos: "Repito que he luchado firmemente contra la dominación blanca y contra la dominación negra".
De Klerk repitió tras votar en Pretoria la inevitable alusión al comienzo de una nueva era y manifestó su confianza de que el futuro Gobierno de Unidad Nacional sirva para consolidar la naciente democracia.
Atentado en Johanesburgo
El día empezó también con sobresaltos terroristas. Un coche bomba estalló en el aeropuerto de Johanesburgo y causó heridas a 16 personas. Anteriores atentados ultras habían costado 21 vidas en la propia Johanesburgo, Pretoria y Germinston. El jefe de la policía anunció ayer la detención de 31 sospechosos de estar implicados en estos asesinatos, dos de los cuales tenían vínculos con las fuerzas de seguridad.
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