Un gol en propia meta deja al Sanse sin millones

Al Sanse se le atragantó ayer un conjunto de la Tercera División santanderina y se quedó sin un millonario premio en la Copa de la Federación. Una aislada jugada sin aparente peligro demostró que el fútbol depende en buena medida del capricho de lo absurdo. Con un lógico 1-0 en el marcador, que igualaba el resultado del encuentro de ida, un jugador del Noja echó un balón al área local como para ver qué pasaba. Aparente mente no había riesgo alguno en la acción, pero predestinaba al despeje. Pero éste no se produjo. Manolo Martín le dio tan mal al balón que batió al traicionado portero de su equipo.

Los santanderinos del Noja aceptaron el inesperado regalo y se pasaron el resto del partido en su guarida, utilizando la mejor defensa de los conjuntos poco dotados de calidad que se ven ganadores: el patadón. El Sanse no encontró agujeros por ninguna parte y se quedó sin los dos millones de pesetas que le daban el paso a semifinales y sin la esperanza de conseguir los tres fijados para el subcampeonato o los cuatro que premiarán al campeón. La mala suerte y su precipitación evitaron que pudiera cambiar durante algún tiempo su condición de pobre.