El túnel de Príncipe Pío aplaza su apertura a junio

La construcción del túnel de San Vicente no va a ser tan fulgurante como se anunció. Las obras terminarán en junio, dos meses después de lo previsto (serían seis si no se trabajara en tres turnos durante las 24 horas del día). Los 100.000 conductores que atraviesan la plaza diariamente hacia la carretera de Extremadura o la M-30 tendrán que aguantar dos meses más de atascos. En junio, el, alcalde, José María Álvarez del Manzano, comenzará con este túnel, que ha costado 1.124 millones de pesetas, el primero de los cinco que emprenderá bajo su mandato.

La construcción del paso inferior ha sido "endiabladamente difícil", según reconoció el director de la obra al alcalde, que ayer visitó los trabajos de la cuesta de San Vicente. La mala calidad del terreno y la coincidencia en la zona con otras obras, del metro, del ferrocarril y de la multiestación de Príncipe Pío, han dificultado los trabajos que comenzaron en junio del año pasado y que, en principio, tenían un plazo de 10 meses.El subsuelo de la zona está formado por escombreras de hace 200 años y ha sido necesario asentar los cimientos del paso a 28 metros de profundidad, en vez de los 10 metros habituales. El túnel está sujeto por 1.030 pilotes de hormigón, de los que ya se han instalado un millar.

Hubo que desplazar las tuberías del gas, la electricidad, el teléfono y el agua trenzadas por todo el terreno. El más difícil de apartar fue el cable que sirve energía a todos los trenes que circulan en un radio de 200 kilómetros de Madrid y que precisó de los servicios alterna tivos de una subestación de Las Rozas que durante una semana dio luz al ferrocarril.

A las dificultades técnicas hay que sumar los hallazgos inesperados de restos arqueológicos y los accidentes, en uno de los cuáles murió un conductor aplastado por la caída de una grúa. Álvarez del Manzano comparó la dificultad del túnel de San Vicente con el de la plaza de Castilla, aunque en Príncipe Pío "se agrava al coincidir con obras en el rnetro", comentó el alcalde. El paso inferior de la cuesta de San Vicente es el único de los iniciados por el equipo de gobierno del PP su fragado íntegramente con dinero municipal: 1.124 millones de pesetas.

Accesos

El túnel consta de dos pasos in feriores. El paso principal, de 370 metros de longitud y dos carriles por sentido, comunica la cuesta de San Vicente con la avenida de Portugal y la M-30. Otro ramal de 400 metros y un solo sentido permite acceder al paseo del Rey desde el paseo de la Virgen del Puerto, un giro que emprenden 10.000 vehículos cada día. El paso- inferior que ya existía y que permitía realizar el ejambio de sentido desde la M-30 a la carretera de Extremadura ha sido deprimido unos metros para no coincidir con los nuevos túneles, que cruzan perpendicularmente.

Los nuevos túneles dan prioridad de tráfico a los movimientos entre la cuesta de San Vicente, la M-30 y la N-V, aunque se mantendrán todos los giros anteriores a las obras y las paradas de autobús existentes en la cuesta de San Vicente, a la altura de la calle Arriaza. La glorieta de San Vicente se conserva como rotonda. Cuando esté terminado se acabará el calvario diario para 90.000 conductores que utilizan en estos meses de obras la glorieta de San Vicente. Según algunos cálculos, en ese punto se han perdido en un año medio millón de horas en atascos.

El ramal del paseo del Rey se encuentra ya excavado en su totalidad y sólo falta colocar la losa sobre la cuesta de San Vicente y el acabado final. El túnel principal anda más retrasado. Aún quedan por instalar 30 pilotes en su zona central justo bajo la glorieta. El eje M-30 a N-V está casi concluido, sólo a falta de una capa de asfalto. Las obras han sido ejecutadas por una unión temporal de empresas formada por las constructoras Pacsa y Rodio.Como guinda del proyecto el Ayuntamiento quiere colocar en la glorieta una reproducción de la Puerta de San Vicente, según los planos originales. La puerta sólo se instalará si el Ayuntamiento consigue que una empresa aporte los 300 millones que cuesta.

El compromiso inicial de terminar las obras en 10 meses no se ha podido cumplir, pero el alcalde sí cumplirá religiosamente con su programa de inauguraciones. En junio, el túnel de San Vicente; después del verano, el de Corazón de María, y a principios de 1995, el de la República Dominicana.

Las obras del subterráneo de Conde de Casal ya han comenzado y el alcalde pretende, antes de terminar su mandato en mayo de 1995, emprender el de la plaza de Oriente. Con estos túneles, el equipo municipal del PP quiere facilitar la circulación, aunque, según reconoció el director de servicios de obras, Luis Armada, los pasos aumentan entre un 10% y un 20% el tráfico.