_
_
_
_
DERECHOS HUMANOS

Patrullas ciudadanas protegen en Londres de los ataques racistas

Isabel Ferrer

Las calles de Londres registran 80.000 asaltos de índole racial al año. Algunos distritos, sobre todo del este, se cuentan entre los más peligrosos del país para la población de origen asiático. En ellos impera la ley del más fuerte impuesta por bandas de jóvenes que acosan a familias enteras. Un territorio vigilado ahora por los guardianes asiáticos, una patrulla pacífica formada por miembros de las comunidades amenazadas.

Entrenados para proteger y no para enzarzarse en peleas, la presencia de estas patrullas ha conseguido tranquilizar a los agredidos. La policía, sin embargo, les observa con cierto recelo.Enfundados en una camiseta con el logotipo de la patrulla, los guardianes, todos ellos voluntarios, concentran sus esfuerzos en ayudar a las víctimas de ataques físicos o amenazas verbales. De edades comprendidas entre 18 y 40 años, están en perfecta forma física, pasean en grupos de cuatro o cinco y han recibido lecciones de defensa personal. También saben brindar apoyo moral o de carácter legal a personas sin ánimos de enfrentarse al papeleo de una denuncia en comisaría. A partir de mayo próximo, a los transmisores que ahora portan para detallar sus posiciones sumarán coches con teléfono.

Desde octubre pasado, Daljeet Singh Sher, empresario de 45 años de origen hindú y fundador del grupo, se ha encargado de seleccionar el centenar de personas que ahora forma el equipo de los guardianes asiáticos. Y de pedirle sin descanso al Gobierno que considere los asaltos racistas como un delito específico e instituya un ministerio de asuntos raciales.

Filmar las agresiones

"Aún no hemos tenido éxito con los políticos. Michael Howard, ministro de Interior, me ha dicho que los guardianes le parecían bien, siempre que cooperen con la policía. Pero las fuerzas del orden los miran con cierto malestar. Tal vez piensan que si denunciamos muchos asaltos acabaremos interfiriendo en su trabajo".Para las víctimas la situación es bien distinta. Como las patrullas centran sus esfuerzos en las zonas donde suelen suceder los disturbios, su presencia ha tranquilizado a familias enteras que antes ni siquiera salían a la calle. Diez de ellas han recibido ayuda directamente al este de Londres. Según Sher, el apoyo también es prestado en colegios. De esto se encargan guardianes adolescentes y otros mayores, de hasta 70 años, entrenados para ayudar a los agredidos.

El grupo planea también utilizar vídeos para filmar a los violentos. La cinta será depositada después en manos de la policía para que los identifique y arreste. Las posibles represalias contra los asaltados han sido también tenidas en cuenta. "Si es preciso, los guardianes permanecerán con ellos, en sus casas, hasta que haya pasado el juicio y estén en la cárcel".

Una vez afianzada la situación en Londres, Sher espera transmitir sus conocimientos a otros grupos asiáticos en ciudades como Leicester, Bristol, Manchester o Glasgow. "Acudiremos allí donde haya comunidades en peligro de ser atacadas", afirma Sher.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_