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Los aduaneros, contra el plan de Interior para que dejen la lucha antidroga

Entre el Servicio de Vigilancia Aduanera (SVA), dependiente del Ministerio de Hacienda, y las fuerzas de seguridad del Estado, dependientes de Interior, ha estallado la guerra. El detonante ha sido un informe realizado por policías y guardias civiles que sugiere que se aparte a los aduaneros de la lucha contra el narcotráfico, debido a que invaden competencias de los cuerpos policiales. Los sindicatos del SVA disienten de esta afirmación y esgrimen su efectividad: 60 toneladas de droga decomisadas en 1993.

La guerra entre el Servicio de Vigilancia Aduanera y la Guardia Civil, sobre todo por las operaciones contra el narcotráfico en el mar, viene de lejos. Estas disputas, larvadas durante años, han aflorado ahora con especial virulencia, debido a un informe realizado por cinco oficiales de la Guardia Civil y cuatro comisarios de policía. El texto recomienda al ministro del Interior, Antoni Asunción, que los casi 1.800 aduaneros sean apartados de las operaciones antidroga, argumentando que desempeñan labores de policía judicial exclusivas de los cuerpos de seguridad del Estado."Vigilancia Aduanera carece de una cobertura legal adecuada para realizar investigaciones antidroga, pinchar teléfonos de sospechosos o hacer traslados de detenidos de un lugar a otro", señala un alto funcionario del Ministerio del Interior. Éste, no obstante, reconoce que la actual legislación incurre en una grave "indefinición" sobre las competencias y marco de actuación de los funcionarios dependientes de Hacienda. La futura ley de Contrabando, que está en fase de elaboración, deberá aclararlo.

Los dirigentes de varios sindicatos del Servicio de Vigilancia Aduanera replican que sus funciones están recogidas en la ley orgánica 7/82, que les permite investigar plenamente los delitos de contrabando y aquellos otros que afecten al Tesoro público. "El tráfico de drogas es contrabando y, además, genera toda una serie de delitos fiscales con el lavado de dinero negro", señala Ceferino Trillo, representante de uno de los sindicatos. "Nosotros, que somos funcionarios de Hacienda podemos tener acceso a sus archivos con mucha más facilidad que los de Interior. Y, por otra parte, yo me niego a que un policía pueda entrar en los ordenadores de Hacienda y conozca datos que no tiene por qué conocer", agrega.

"Sería un error retirar de la lucha antidroga a un colectivo que en 1993 decomisó 60.000 kilos de droga", dice Ignacio Pardiñas, secretario andaluz del Sindicato Independiente de Vigilancia Aduanera. Fuentes de Hacienda destacan entre sus éxitos el alijo de 30 toneladas de hachís -el mayor de Europa- interceptado el 18 de noviembre en el Estrecho.

Noche de lobos

El Servicio de Vigilancia Aduanera dispone de 47 embarcaciones, seis aviones y cinco helicópteros con los que controlar las fronteras. "Una persecución en el mar es muy peligrosa y hay que saber cómo hacer el abordaje antes de que los traficantes se deshagan de la mercancía tirándola al fondo del océano", comenta Octavio Sanz, capitán de una embarcación del SVA con base en Santander.Sanz y otros compañeros son expertos en dar caza a narcotraficantes en noches de lobos, como llaman a aquellas en las que no hay luna y el tiempo es favorable para las descargas clandestinas. Estos funcionarios afirman que la Guardia Civil no está preparada para suplirles en estas misiones.

Policías antidroga, que muestran menores recelos hacia los aduaneros, reconocen que el éxito de muchas operaciones se ha debido en gran parte a la buena actuación de estos. "Saben cómo está el mar y cómo hay que aproximarse a un barco sin ser descubierto", dice un comisario. Pero lo que no ve tan claro es que los agentes de Hacienda puedan hacer investigaciones sobre blanqueo de dinero.

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