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DIARIO DE LA SESIÓN PARLAMENTARIA

"No soy consciente de tener una cuenta secreta"

Mariano Rubio alegó ignorancia. "No soy consciente de tener una cuenta secreta. No soy consciente de haber defraudado a Hacienda", "no dispongo de esos documentos", "algunas cosas no son ciertas", "no recuerdo en absoluto", "no tengo ninguna noticia", fueron algunas de sus afirmaciones durante las más de tres horas y media de comparecencia, al cabo de las cuales proclamó: "Espero que quede clara mi inocencia". Este es el resumen de las intervenciones.

La diputada Luisa Fernanda Rudi, del PP, abrió la sesión tras una polémica reglamentista sobre si debía comenzar su grupo o el de IU-IC, los dos que habían pedido la comparecencia. Rudi recordó todo el entramado de la compra del Banco Urquijo, en dificultades, por el Hispano Americano, según ella, tras el consejo de Rubio; su cambio de equipo dirigente en 1985-1986, también por indicación de Rubio, y la venta de la sociedad Sistemas AF. De ahí pasó a señalar varios puntos sobre la relación del ex gobernador y Manuel de la Concha con Ibercorp.

Rudi, armada de fotocopias, exigió a Rubio una aclaración: "Nos encontramos con unos documentos publicados en los medios de comunicación, que no sabemos si son ciertos o no, y yo, señor Rubio, mucho le agradecería que usted diga si son ciertos o falsos". La portavoz popular preguntó a Rubio en múltiples ocasiones si él se escondía bajo la clave RU de la cuenta llevada por De la Concha que se le atribuye. Rudi le advirtió: "Sería muy grave que usted se hubiera dedicado a especular en Bolsa".

Rudi mostró entonces una fotocopia de una póliza de títulos, de 4 de septiembre de 1987, expedido a nombre de Rubio, que le reconocía la propiedad de 1.000 acciones de Banesto por 5.595.476 pesetas. Esta póliza aparece intervenida por De la Concha, "Esto tiene importancia porque en la misma cuenta, cuyo titular aparece bajo las siglas RU, aparece un apunte en esa misma fecha que dice: 'C/ Banco Español de Crédito. 5.595.476'. No hay que ser Sherlock Holmes para entender que, si esta cuenta es cierta, es mucha casualidad que haya un apunte con la misma cantidad y en la misma fecha en una cuenta de la que usted no fuera su titular".

La portavoz del PP hizo responsable al presidente del Gobierno del desprestigio de las instituciones y de haber impedido en 1992 la creación de una comisión sobre la actuación de Rubio.

Francisco Frutos, de IU-IC, empezó por destacar la magnitud del escándalo. Según el portavoz de IU, los ciudadanos no entienden que haya cosas, como la información privilegiada, de la que se benefician algunos, cuentas secretas que pertenecen a altos cargos de la Administración, defraudación grave a Hacienda, y ocultación de la verdad al Parlamento.

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Frutos lanzó una batería de preguntas al ex gobernador: "¿Tenía usted una cuenta secreta y hacía uso de ella a través de Manuel de La Concha? ¿Especuló en Bolsa? ¿Defraudó gravemente Hacienda? ¿Decía la verdad cuando afirmó que no obtuvo beneficios de Ibercorp? ¿Cuál es su patrimonio? ¿Cuál es su participación en empresas españolas y extranjeras? ¿Considera legítimo que el gobernador del Banco de España juegue a Bolsa?" Asimismo Frutos inquirió si González y Solchaga conocían las actividades de Rubio.

Respuesta de Rubio

Éste, que había escuchado inexpresivo los reproches, comenzó a hablar a las 17.35. Entre múltiples balbuceos, estas fueron sus palabras:

— Buenas tardes, señorías. A pesar del corto espacio de tiempo con el que se me ha convocado y al hecho de que hace unos días he sido citado para comparecer (...) ante el fiscal (...) abriendo de alguna manera algunas diligencias judiciales, he decidido aceptar la petición del presidente de laco misión de venir hoy aquí por dos razones: en primer lugar, evidentemente, [por] respeto a la comisión, pero, sobre todo, en la medida de mis fuerzas, [para] aclarar aquellos problemas que se refieren a mi actuación como gobernador del Banco de España.

Como he dicho públicamente, he dedicado gran parte de mi vida profesional a la institución del Banco de España. Creo que he servido a los distintos gobiernos con eficacia, con lealtad, y quisiera que, con independencia de las opiniones sobre otros puntos, quedara claro que en el momento en que el presidente del Gobierno, en el año 92, me pide o me manifiesta que sería un error presentar la dimisión, no llevada a la práctica, no comete un error.

También pesa en mi ánimo al acudir a esta comisión el deseo de evitar cualquier duda, en la medida de mis fuerzas, cualquier crítica frente al ex ministro de Hacienda don Carlos Solchaga, que deposito en reiteradas ocasiones su confianza en mí.

Me van a permitir que, con independencia de las preguntas concretas, haga unos comentarios sobre la introducción hecha por la señora Rudi y el señor Frutos. La señora Rudi ha hablado de temas muy diversos al comienzo de su intervención: de las dificultades del Urquijo y de la compra del Hispano, del coste de 60.000 millones, de la aparición del señor [Jaime] Soto (...) de la compra de AF con créditos del Urquijo Unión y otra serie de cuestiones.

Por lo que se refiere a la compra de AF, en concreto del Urquijo Unión, fue una operación en la que yo no tuve ninguna participación en absoluto. El hecho de que tenga créditos del banco que vende es un fenómeno bastante corriente, no es un fenómeno único. El Banco Hispano lo que estaba intentando era hacerse su cartera. Por tanto, ahí tampoco hay ninguna cosa que prejuzgue nada turbio; pero, en fin, no digo que lo haya hecho con esa intención, pero, como lo ha mencionado la señora Rudi, yo sí quiero salir un poco al paso.

La agencia de cambio y bolsa que administraba nuestro patrimonio compró Sistemas Financieros por cantidades claramente muy pequeñas y, por tanto, no me parece que hubiera por mi parte gran conspiración.

"Son coincidencias de la vida"

A continuación habla [Rudi] de un tema más directamente relacionado con lo que nos ocupa, que es la aparición de la sociedad Traya, presidida por el señor Laurent, cuñado mío. Realmente, éstas son unas coincidencias de la vida, pero la verdad es que en este caso son muy caras.

El señor Laurent trabajaba en un grupo que tenía varias empresas, entre las cuales estaba la Sociedad Traya, sociedad que no tenía prácticamente actividad. Era presidente de esta sociedad hasta el momento que fue comprada, en el que se nombró nuevo administrador. Es decir, no tiene nada que ver en absoluto, es una coincidencia; alguien puede extrañarse, pero es la absoluta realidad.

Sobre la presentación de la dimisión en 1992, no merece la pena volver sobre ese tema.

Se ha hecho mención a que el gobernador del Banco de España decidía sobre los presidentes y los dividendos de los bancos. Sobre los dividendos, la verdad es que hace mucho tiempo que no decidía, había libertad. Sobre los presidentes, me parece que la historia reciente demuestra que esto es una cierta fábula, porque hay casos bien claros y bien notorios en que no ha sido así.

Entramos ahora en las preguntas concretas sobre los documentos que la señora Rudi tiene. Yo no dispongo de esos documentos, yo dispongo por toda información de la que se ha publicado en el diario El Mundo. No conozco la naturaleza exacta de esa información. Lo que si conozco es que algunas cosas no son ciertas, como las indicaciones de mi participación en la sociedad Traya.

Este es un documento en el que aparecen cosas muy extrañas, por que aparece una cuenta opaca y, sin embargo, se nutre de una forma absolutamente anómala; se nutre en algunas ocasiones de cantidades muy pequeñas por cheques emitidos contra mi cuenta, cheques nominativos, incluso cheques cruzados. Realmente hace falta pensar que o hay errores crasos o cierta intencionalidad, porque a nadie se le ocurre introducir en una cuenta opaca un cheque que sólo puede cobrar cruzado a través de una cuenta bancaria. Repito: o es un error craso o una pura trampa.

Ya he dicho que yo no he participado en la sociedad Traya en absoluto. Y esto lo afirmo categóricamente. Sobre la póliza de Banesto no sé; yo tenía ordenado a la persona que llevaba mi cartera [Manuel de la Concha] que no comprara en bancos. Ha aparecido una compra de bancos, a la vista también de los créditos. No tengo ninguna noticia sobre ella ni de cómo se ha podido producir.

En resumen: yo, en estos momentos, no conozco la naturaleza de esos documentos, espero conocerla; dudo de la naturaleza final y lo que ha pasado realmente en esta situación, realmente extraña, en la que aparecen operaciones disparatadas o tendentes a crear una situación similar a la que nos encontramos, me temo que esto no se aclarará más que por los trámites por los que se aclaran estas cosas, las diligencias judiciales y las diligencias del fiscal del Estado. Pero sí niego, evidentemente, las operaciones a las que antes me he referido.

Querellas sin éxito

Y me ha preguntado por qué no me he querellado. Pues mire usted, hay una razón fundamental.

Hace dos años, cuando se aportan estos documentos, se dice que tienen soporte y se hacen las fotocopias. Cuando se aportan estos documentos, totalmente falsos, no se aporta el documento, sino simplemente lo que había aparecido en la revista, prueba de que estos documentos eran falsos. No querría hacer una declaración larga de las querellas que he presentado, pero algunas en que lo he hecho, en fenómenos no de esta importancia, no han tenido mucho éxito, al menos por el momento.

Yo no he tenido o no soy consciente de tener una cuenta secreta. No soy consciente de haber defraudado a Hacienda; no he tenido beneficios relacionados con Ibercorp, no he participado en Traya (...), no tengo relación con la sociedad Schaff.

Sobre si puede el gobernador jugar o no en bolsa, creo que en el futuro no lo haría, pero no hay ninguna norma en ningún país que lo impida, siempre que sean, evidentemente, operaciones ciegas, sin dar instrucciones, y que no se refieran a bancos.

Como he dicho al comienzo de mi intervención, querría dejar muy claro cuál ha sido mi actitud en actos públicos como gobernador del Banco de España. En estos actos, yo creo que no ha habido nunca el menor trato privilegiado. Lamento no haber con vencido a la comisión —lo expliqué en dos ocasiones con motivo de la crisis de Ibercorp—, y hay tres puntos que me parecen muy claros. El grupo Ibercorp fue de los más vigilados y supervisados por parte de la inspección del Banco de España, sin ninguna cortapisa por mi parte. A pesar de todo, ocurrieron las cosas que ocurrieron y el grupo lbercorp entro en crisis. Y es verdad. Que una inspección no pueda actuar a tiempo no quiere decir que no sea eficaz.

En el caso Ibercop se actuó con todo rigor, se abrió expediente y luego —ya no era yo gobernador— se impusieron sanciones. Además, me parece que un dato de que no hubo trato de favoritismo con Ibercorp, sino de mayor dureza, es el hecho de que 50 bancos españoles que han tenido problemas —incluido el último y el más grande— han costado mucho dinero al Estado, le han costado mucho dinero al fondo de garantía. Ibercorp era un banco muy pequeñito; por tanto, no le podía costar mucho dinero al fondo de garantía. Se pudo vender Ibercorp gracias a que el Banco de España forzó y consiguió que se cubrieran las pérdidas.

Si hubiera habido trato de favor o connivencia con el grupo promotor, igual que otros muchos bancos, le habría costado mucho dinero al Estado. Vuelvo al tema inicial: creo honestamente que en la gestión del grupo Ibercorp nadie puede decir que hubiera sido distinta si el presidente del Gobierno hubiera aceptado mi dimisión.

Me inclino a pensar, o tengo derecho a pensar, que, precisamente por esas relaciones que existían y habían existido en el pasado, el trato fue mucho más exigente. Y en este aspecto, y me parece un punto crucial de la discusión sobre si se debió o no aceptar mi dimisión, me parece que éste es un ejemplo bastante claro y contundente, aunque comprendo que en la dialéctica política sea una pequeña gota.

Las réplicas de Rudi y Frutos coincidieron en un punto: "No ha conseguido aclarar las cosas. Poco o nada ha aclarado. Poco o nada nuevo ha dicho sobre lo que dijo hace dos años, y prácticamente nada ha dicho sobre los datos que han aparecido en los medios de comunicación". Rudi fue dura: "¿Y usted viene a la comisión de Economía del Congreso sin haber comprobado si lo que se ha publicado es cierto o no? Como ciudadana, no lo entiendo".

"Convenza al pueblo"

Después de las intervenciones de Xabier Albistur (EA), Lorenazo Olarte (Coalición Canaria), insistiendo en que el compareciente no había aclarado nada, el peneuvista Jon Zabalía le espetó a Rubio: "Mire a la cámara [de televisión] y convenza al pueblo de su inocencia. Al menos inténtelo".

Francesc Homs, de CiU, reiteró que Rubio había perdido una gran oportunidad para limpiar su nombre ante la opinión pública y exigió que respondiese sí poseía o no la cuenta secreta.

Y llegó el turno del socialista Juan Pedro Hernández Moltó, el más duro y radical en su exposición. El representante socialista señaló que el PSOE apoyó hace dos años que el entonces gobernador del Banco de España acabara su mandato porque le asistía el principio de inocencia y no había denuncias sobre la mesa.

"¿Nos engañó entonces? Por que es evidente es que alguien nos está engañando. O nos está engañando usted con sus declaraciones, con su posición, con sus ambigüedades, o nos están engañando, a este Parlamento y a la sociedad, los medios de comunicación que imputan acusaciones graves contra usted". "Mi grupo tiene la sensación de haber sido sorprendido y traicionado".

"Señor Rubio, usted tiene que demostrarlo [su inocencia] con hechos, y no sólo con su palabra. Tiene que demostrarlo con hechos". "Su comportamiento hasta este momento, y no sabe cuánto lamento decirlo, ha estado más presidido por el egoísmo y la cobardía que por lo que esperábamos".

No va a quedar impune"

"¿Es usted consciente de las repercusiones en la sociedad española de su proceder, su pasividad, su falta de respuesta? ¿Usted es consciente de ello? Tiene usted hoy la última oportunidad para salvar la poca dignidad que le queda". "Si es usted culpable, no va a quedar impune".

Rubio tuvo la última palabra en la sesión. Advirtió que aceptó ir a la comisión "pese a que no estaba en situación de aclarar algunos temas" y que le parecía "prematuro". Explicó por qué decidió hablar en el Parlamento: "Quería dejar muy claro que en nada de las acusaciones que se me están haciendo han influido en la conducta del Banco España durante la época que lo he dirigido".

Se me pueden objetar o se me pueden criticar o se me puede acusar de otras muchas cosas, pero nunca se me acusado ni se ha podido probar que haya hecho nada distinto a los intereses del Banco de España y del país.

He dicho, y acepto, que algunas de mis explicaciones pueden no ser contundentes. Ya lo había advertido. Pero he intentado de mostrar—y me parece que me lo tendrán que conceder— que no hay ninguna prueba de que haya habido jamás una conducta del Banco de España que se haya debido a intereses personales.

Hemos hablado de algún caso concreto y lo que está muy claro es que habrá habido pocas gentes en instituciones públicas que hayan conseguido atraerse tantos enemigos y tantos enemigos poderosos. No tengo, en absoluto, ninguna mala, conciencia de haber influido por interés personal mío en una conducta que no hubiera sido la adecuada por parte del Banco de España. Por eso he querido venir y hablar como lo he hecho. Si no he sido convincente, lo lamento profundamente. La señora Rudi ha hablado de la cultura del pelotazo. Me parece muy bien. Pero no me caracterizo por haber sido blando con ninguno de ellos.

Se han producido muchos fenómenos de corrupción. Y me pueden decir que yo he contribuido a esa lista... No quiero criticar ni hacer alusión a nadie. Lo que sí está claro es que en otros muchos parecía que la institución en cuestión sí había actuado en función de algunos intereses que no fueron los de la institución. Y ése es, al menos, un mérito al que no renuncio.

Mirando a la televisión, como me pedía el representante del PNV, diré que jamás he utilizado mi cargo de gobernador del Banco de España para aprovecharme. Jamás he tomado una decisión que me favoreciera personalmente. Me parece que la historia me da absolutamente la razón. Y no ha sido siempre fácil, porque ha habido momentos en esta Cámara en que ha habido defensores de personas que me atacaban. No tengo ningún remordimiento ni ninguna mala conciencia. Analicen las actuaciones del Banco de España, y si en algún momento creen que han podido influir intereses o consideraciones personales, si lo hacen con objetividad, me darán la razón.

En cuanto a mis operaciones privadas, espero que quede clara mi inocencia. No he tenido esta tarde las posibilidades de aportar las pruebas concretas. Pero lo que sí creo es que, a pesar de todo, pediría a los miembros de la comisión que separásemos las dos facetas y que quedara muy claro en la mente de ustedes —y les ruego que hagan un ejercicio de memoria de muchos años— cuándo realmente se ha producido una actuación en la que hayan podido predominar mis intereses privados. No sé si es adecuado decirlo, pero ocasiones podía haber habido muchas. Mantener estas posiciones no ha sido fácil, y algunas veces he tenido que mantenerlas, no digo totalmente en solitario, pero, algunas veces, bastante solitario.

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