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Un psiquiátrico abandonado anexo a la Embajada de Cuba era guarida de rapados

Jan Martínez Ahrens

La guarida de los skins disponía de piscina, jardín, cancha de tenis y pista de baloncesto. Así lo descubrió ayer la Policía Municipal, cuando al internarse en un psiquiátrico abandonado de la acomodada calle de la Macarena (distrito de Chamartín) destapó, entre siemprevivas y setos, una de las moradas empleadas por los cabezas rapadas madrileños.En el inmueble, contiguo a la Embajada de Cuba, estaban al alcance de la mano unas 200 cajas de tranquilizantes y barbitúricos, así como las historias clínicas y confidenciales -desparramadas- por el suelo- de cientos de antiguos pacientes.

El hallazgo llegó después de que un vecino avisase a la Policía Municipal de que unos niños habían entrado en el edificio.

Al llegar, los agentes se toparon con un inmenso edificio -cuatro plantas, decenas de habitaciones, cocinas, vestíbulos, servicios y dos ascensores- en cuyas paredes los cabezas rapadas habían dejado su huella, en la forma de cruces invertidas e invocaciones a grupos del rock más cañero. Aunque el polvo, las hojas y cientos de cucarachas inundaban las estancias, en el lugar se apreciaba el paso nocturno de los rapados. En varias habitaciones -con el mobiliario completo- habían amontonado colchonetas y bebido cervezas.

En otras habían dado rienda suelta a la brocha y pintarrajeado toda la estancia. Para paliar el frío también habían quemado en el interior varias puertas. La policía no encontró signos de consumo de drogas. Entre los rastros dejados por los visitantes, los agentes descubrieron dos balas sin percutir -9 milímetros Parabellum y corto-

El psiquiátrico, a tenor de los primeros datos, fue construido en los años sesenta. Primero tomó el nombre del doctor Escudero y posteriormente pasó a llamarse Massachusetts Institute de España. El edificio fue abandonado después de 1991. La policía, que ayer investigaba la propiedad del inmueble, censuró el hecho de que los informes psiquiátricos hubiesen quedado sin custodia.

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Sobre la firma

Jan Martínez Ahrens
Director de EL PAÍS-América. Fue director adjunto en Madrid y corresponsal jefe en EE UU y México. En 2017, el Club de Prensa Internacional le dio el premio al mejor corresponsal. Participó en Wikileaks, Los papeles de Guantánamo y Chinaleaks. Ldo. en Filosofía, máster en Periodismo y PDD por el IESE, fue alumno de García Márquez en FNPI.

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