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El Ejército argelino mató en represalia a decenas de supuestos integristas en Blida

Las fuerzas de seguridad argelinas asesinaron en una acción de represalia a decenas de jóvenes, supuestos militantes integristas, y dejaron expuestos sus cuerpos en la calle en la ciudad de Blida, a unos 50 kilómetros de Argel. La matanza se produjo durante varias noches sucesivas, alrededor del pasado 20 de marzo, cuando los integristas habían convocado una huelga de los comercios, y en vísperas de una visita a la ciudad del ministro del Interior, Selim Saadi. La prensa argelina no informó de los sucesos.

Blida es a la vez un baluarte de los integristas y la sede de la primera región militar., En su cárcel se encuentran varios de los principales dirigentes del Frente Islámico de Salvación (FIS), como Abasi Madani. Blida se ha convertido en una ciudad mártir, arrinconada entre los fuegos cruzados de dos violencias. Desde diciembre, los integristas habían impuesto su ley en Blida hasta tal punto, por ejemplo, que, en los autobuses, hombres y mujeres tenían que viajar por separado. Muchos policías fueron asesinados en las calles de la ciudad. Varias jornadas de huelga fueron organizadas por los integristas con gran éxito. Frente a este panorama, las fuerzas de seguridad, por lo visto, decidieron golpear duramente.

"Unos días antes de la matanza", cuenta un testigo, "vino un primer grupo de militares con altavoces para amenazar a la gente. Querían que denunciáramos a los islamistas que pintaban eslóganes en las paredes. Pero teníamos demasiado miedo; nadie salió". Algunos días más tarde empezaron las "cosas serias". Durante varias noches seguidas llegaron unidades militares de élite. "Entraron en las casas, y a los que no se atrevían a abrir, les rompieron la puerta", cuenta una madre de familia. En el mismo piso que el suyo, los militares visitaron así tres apartamentos y se llevaron a seis jóvenes, cuyos cadáveres fueron encontrados al día siguiente en la calle, algunos con señales de tortura.

Sin autopsia

"Las familias ni siquiera fueron avisadas por las autoridades", explica un habitante de la ciudad. "No hubo autopsia, sólo un papel del Ayuntamiento certificando el fallecimiento. ¿Cómo podemos querellarnos y contra quién?", dice una mujer que tuvo que enterrar a su hijo de 16 años casi a escondidas. "No digan que a los que se detiene y se mata es a los integristas; aquí, a los que el Ejército mata, es a los jóvenes", dice otra. Pero la violencia no es patrimonio de nadie. Ayer, supuestos militantes integristas hirieron de gravedad a Mehdi Abás Alalú, presidente de la Asociación Popular por la Unidad y la Acción, un partido laico que se opone a las tesis de los radicales musulmanes. El ataque fue perpetrado en un barrio de Argel y Alalú fue inmediatamente trasladado a un hospital, donde permanece ingresado en estado muy grave. Alalú es el tercer político laico atacado por los integristas.

Las fuerzas de seguridad acordonaron inmediatamente el barrio. Dos supuestos militantes radicales armados fueron abatidos por la policía, que comprueba si sus armas fueron utilizadas contra Alalú.

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