Millonario por equivocación
Vicisitudes de un parado a quien el Banco de Sabadell le ingresó, por error, 12 millones de pesetas en su cuenta
Gabriel C. G., de 46 años, recibió en casa a mediados del pasado enero una de esas cartas que remiten los bancos para informar a los clientes sobre los últimos movimientos. Abrió el sobre casi con la misma desgana de quien sabe que, a esas alturas de mes, el dinero brilla por su ausencia y sólo acechan los números rojos: recibos de luz, agua, teléfono. Pero aquella carta era especial. Gabriel, inscrito como parado en el Instituto Nacional de Empleo (Inem), se quedó anonadado al ver el montón de ceros que proporcionaba la casilla del saldo. Tantas dudas le asaltaron que los contó uno por uno, y varias veces. Había un 12 y seis ceros detrás. Era millonario. Pero la alegría de su repentina y holgada economía duró apenas dos meses. Ahora se enfrenta a muchos disgustos. El Banco de Sabadell se había equivocado y metió en su maltrecha cuenta una inyección de 12 millones que no existían.Fue el 14 de marzo -dos meses después del alegrón- cuando Gabriel comprobó que los millones no procedían ni de su familia, tal como creyó en un principio, ni de la divina providencia. Y lo que es peor: la cuenta tenía un agujero rojo de 900.000 pesetas. Justamente el dinero que, poco a poco, había ido retirando de ella, según explica, hasta que se descubrió el error. La entidad bancaria le ha presentado una denuncia por apropiación indebida.
"Yo estaba seguro de que el dinero era mío", asegura Gabriel. "Creí que mi familia, que se dedica a la ganadería en Gerona, había vendido alguna finca y me había ingresado ese dinero".
Gabriel pidió al cajero ese día, el 14 de marzo, un talón de ventanilla para sacar 100.000 pesetas. No era la primera vez, desde el sorprendente cambio al alza de sus finanzas, que iba -"personalmente y de buena fe", matiza- a la entidad para retirar dinero de los 12 millones que creía suyos. El cajero le pidió que esperase un poco. "Es para comprobar las firmas", se excusó. La espera fue corta. Dos policías con uniforme entraron minutos después en la sucursal. Había más clientes dentro. "Cuando les vi llegar pensé que estaban vigilando algún transporte de dinero, no sé...", explica Gabriel
Muy nervioso
Uno de ellos le dijo: "Déme su documentación, por favor". ¿Pasa algo?, preguntó Gabriel. "Me puse muy nervioso; jamás he tenido problemas con la policía", narra con insistencia. "Al rato, me pidieron que les acompañase a la comisaría", prosigue. Así lo hizo. "Se puede marchar", le dijeron poco después tras explicarle el motivo.
Los disgustos no terminaron ahí. Una semana después, el día 22 de marzo, tres policías de paisano llamaron sobre las nueve de la mañana a su casa. En un coche camuflado le condujeron a la comisaría de Moratalaz, donde prestó declaración. Aunque nunca llegó a estar detenido, Gabriel está muy disgustado con el trato que le dieron los agentes. "Mientras prestaba declaración algunos policías hicieron comentarios despectivos hacia mí, como si yo fuera un delincuente", se queja.
"Cuando usted vio los 12 millones de pesetas en su cuenta, ¿sabía de dónde eran?", inquirieron los agentes. "Estaba seguro de que eran míos. Estaba pendiente de la venta de un piso en Gerona por mi familia". "¿Y se llegó a efectuar esa venta?" "No", repuso Gabriel.
"Días después de ver el ingreso llamé por teléfono a mi familia, pero no pude hablar con ellos; estaban de viaje en Francia", explicó Gabriel el pasado domingo a EL PAÍS.
Gabriel se ha puesto en manos de un abogado y asegura estar muy dolido con los operarios del banco en el que abrió la cuenta, en noviembre del año pasado, con 120.000 pesetas. Está dolido con el banco porque le han denunciado sin haber conversado nunca con él para explicarle. el error. "Yo iba allí personalmente a sacar dinero, ¿por qué no me dijeron que había un error? Habría buscado el dinero que faltaba (900.000 pesetas) y lo habría devuelto sin problemas".
Gabriel insiste en su inocencia y buena fe. Prueba de ello es que siempre, dice, iba personalmente al banco: "La cantidad más alta que saqué en todo ese tiempo fue 200.000 pesetas, para pagar a un amigo dentista el arreglo de boca de uno de mis hijos". "Si hubiese ido con malas intenciones", agrega, "habría sacado de golpe 4, 5 o los 12 millones enteros; luego habría comprado varios coches o un piso... Los habría puesto a nombre de otras personas y que luego diga el banco lo que quiera; la equivocación era de ellos y yo no sabía nada". "Uno de los motivos por los que no me desbordé al ver tanto dinero es porque en dos ocasiones me ha tocado la lotería".
Gabriel afirma que, a pesar de su difícil situación económica, confía en que el banco se ponga en contacto con él. "Si me faltasen 400.000 o 500.000 pesetas, que me den facilidades para poder saldar la deuda".
Trabajadores del Banco de Sabadell han confirmado en el caso que el ingreso de los 12 millones en la cuenta de Gabriel se debió a un error.
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