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Demasiadas incógnitas para un caso abierto

La familia de Maria Àngels Feliu considera que, con su liberación, el caso ha quedado cerrado. Una opinión que no comparte la Guardia Civil, que estima que no puede darse carpetazo al asunto mientras no estén presos los secuestradores. "La verdadera investigación empieza ahora. Hasta aquí, nuestro principal objetivo era rescatar a Marla Àngels. Desde este momento, nuestro deber es detener a los autores", señala un alto responsable policial.

El general Manuel Llaneras, jefe de la Guardia Civil en Cataluña, ha "asegurado" a la familia que el instituto armado pondrá todo lo que esté en su mano para capturar a los secuestradores.

Los 16 meses de cautiverio de la hija del acaudalado industrial olotense están cuajados de enigmas. El más inquietante es si se ha pagado rescate. Los Feliu aseguran que no. Pero la propia Maria Àngels lanzó una significativa mirada al portavoz de la familia, Joan Capdevila, cuando tuvo que responder a esta pregunta ante los periodistas. Fuentes de la investigación creen que sólo el abono de un rescate o el compromiso de hacerlo en el futuro explica la puesta en libertad del rehén.

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Extracto del cuestionario

La familia de la farmacéutica sostiene que los secuestradores fueron un grupo de aficionados, mientras que la Guardia Civil sospecha que se trata de una banda bien organizada de la que presuntamente formaban parte Joan Casals y Xavier Bassa, los dos hombres encarcelados por supuesta implicación en el caso.

"Las pruebas grafológicas insisten en que Bassa fue quien escribió el sobre en el que en diciembre de 1992 llegó la grabación con la voz de Maria Àngels", dice un jefe policial. Y, sin embargo, los Feliu no tienen intención de formular contra ellos la menor acusación.

Detalles como que la farmacéutica pudiera escuchar la radio en el agujero donde estaba cautiva son difícilmente explicables. Igual que el hecho de que los delincuentes le sacaran con cierta periodicidad de su reclusión para que hiciera ejercicio.

La Guardia Civil opina que quizás no fue una imprudencia de los secuestradores facilitar a Maria Àngels un bolígrafo con la inscripción de la Caixa d'Estalvis de Manlleu, (Barcelona). "Tal vez fuera una estratagema para despistar sobre el lugar donde realmente estaba", dice un oficial.

¿Fue el secuestro una forma de venganza contra la familia Feliu? ¿O el fin último del mismo era tan sólo obtener un buen rescate? ¿Qué fue lo que hizo que una banda criminal pusiera sus ojos en una desconocida farmacéutica de Olot? ¿Hay implicado algún vecino de esta ciudad? ¿Tenía pruebas la familia de que Maria Àngels estaba viva, a pesar de que el delator Francisco Evangelista afirmó meses atrás que estaba muerta y enterrada? ¿Fue tal vez eso lo que hizo que nunca diera crédito al delator? Demasiadas incógnitas.

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