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Al Milan se le pierde el respeto

"El problema va a tenerlo el que venga a jugar en el Camp Nou. Si es el Milan, peor para él". Johan Cruyff, técnico del Barcelona, manifestó el miércoles que si su equipo consigue -empatando, al menos, en Mónaco- la primera plaza del grupo en la liguilla de campeones no le asustará el rival de semifinales. La confianza de Cruyff se basa en el hecho de que el Barça jugaría arropado por su público y también en la capacidad goleadora de su hombres. Carles Rexach, ayudante de holandés, va más lejos y manifiesta sus claras preferencias por enfrentarse al Milan en el Camp Nou. Para Rexach el Oporto puede plantear más problemas.El empate ante un improvisado Anderlecht, en San Siro, subrayó que las conquistas del Milan de Fabio Capello no responden a sus ganas. En sus nueve encuentros europeos, el Milan ha marcado 14 goles, seis de ellos en un partido frente al FC Copenhague. En el campeonato italiano suma 33 goles en 29 partidos. Total: 47 goles en 38 encuentros.

Cruyff maneja cifras bien distintas. Suma 22 goles en nueve partidos europeos a los 71 anotados en 30 compromisos ligueros y demuestra estadísticamente que por cada gol que marca el Milan, el Barcelona marca dos.

La historia, sin embargo, indica que la soberbia es el peor enemigo que el Barcelona pueda tener el Camp Nou, sobre todo ante un Milan que le venció por 0-3 en Oviedo cuando ambos conjuntos estaban a la misma altura de sus pretemporadas y un visitante capacitado, cuando menos, para empatar y consignar su suerte a prórrogas y penaltis. Despreciar al Milan es jugar con cerillas y exponerse a quemaduras.

Cambio de imagen

El Oporto, por su parte, ha conseguido sus últimos dos títulos de liga a base de encajar tan sólo 28 goles en 68 partidos y el campeón portugués ha optado por un acusado conservadurismo en sus tres confrontaciones con el Milan en las dos últimas Ligas de Campeones. Hace un año, necesitaba una victoria en Das Antas para seguir vivo pero planteó el partido con cinco defensas y sólo el búlgaro Kostadinov en punta. Perdió por 0-1. Una táctica similar condujo a la derrota por 3-0 en San Siro que provocó, hace apenas cuatro meses, la despedida del técnico croata Tomislav Ivic.

Aquí cambió radicalmente la imagen de unos dragones que, bajo un nuevo entrenador, han empezado a escupir fuego. El inglés Bobby Robson, invitado a ocupar el banquillo del Barcelona a principios de los años ochenta, insiste en mayores ambiciones ofensivas y su recompensa ha sido una plaza en las semifinales de esta Copa de Europa adquirida con un estridente 0-5 en el campo del Werder Bremen, pese a actuar sin el sancionado Aloisio y perder a Paulinho por lesión en los primeros minutos del encuentro. Anuncia su potencial a través de la mayor derrota casera in fligida a un equipo alemán en los 39 años de la Copa de Europa.

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