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Balladur cede ante la protestajuvenil y suspende el polémico Contrato de Inserción Profesional

Enric González

Los jóvenes franceses han ganado su pulso contra el Gobierno. El primer ministro Edouar Balladur, orfenó ayer la suspensión del conflictivo Contrato Profesional (CIP) durante una semana, a la espera de que se encuentre otra fórmula para reducir el desempleo juvenil. En una reunión con representantes de las organizaciones juveniles, el primer ministro propuso el establecimiento de un programa de concertación entre el Gobierno y los jóvenes y la creación de una Agencia Nacional de Empleo para los menores de 26 años.

Balladur, maestro de la retirada estratégica, ya había decidido el sábado que el CIP no tenía futuro. Su inicial empecinamiento con estos contratos, que permitían discriminar salarialmente a los menores de 26 años, sólo había acarreado un formidable rechazo juvenil, reflejado en grandes manifestaciones ribeteadas de violencia.El primer ministro no, había sabido calibrar hasta qué punto los jóvenes franceses estaban inquietos por el paro (uno de cada cuatro carece de empleo), y hasta qué punto la discriminación salarial en que se basaba el CIP iba a enfurecerles. Balladur dio ayer un paso atrás, al suspender este tipo de contrato, pero dio también varios pasos adelante: sus propuestas para el establecimiento de un diálogo regular entre el Gobierno y los jóvenes y para la creación de un Inem-junior fueron bien recibidas por los representantes de las organizaciones juveniles.

Es pronto para saber si esa política juvenil fructificará o, por el contrario, será sólo una Cortina de humo efímera para ocultar el fracaso del CIP. De salir adelante, constituirá un interesante experimento. La comisión de jóvenes que acudió ayer a la oficina del primer ministro, en el palacio de Matignon, valoró positivamente el "primer paso" de la suspensión del CIP. "Suspender está muy bien, pero retirar es aún mejor", afirmó el presidente de la Unión Nacional de Estudiantes Franceses (ID), Philippe Campinchi. "La juventud no estará satisfecha hasta que el CIP sea definitivamente suprimido", agregó.Campinchi consideró que la creación de una Agencia Nacional de Empleo para los jóvenes era "un elemento muy importante" y se felicitó por el "cambio de tono" del Gobierno. Sólo los representantes de los Liceos, centros de enseñanza media, abandonaron el Elíseo a media reunión y se negaron a hablar con el Gobierno mientras el CIP no quedara derogado para siempre.

Los representantes estudiantiles decidieron no desconvocar la manifestación prevista para el próximo jueves en París porque el asunto del CIP "no estaba del todo cerrado", pero se mostraron esperanzados ante la apertura de un diálogo directo con el Gobierno de Balladur.

La concertación con los jóvenes quedó en manos del director general de la Agencia Nacional de Empleo, Michel Bon, con reputación de hombre innovador y dialogante. La misión de Bon, según fue definida por el portavoz del Gobierno, Nicolas Sarkozy, sería la de "pensar, en el espacio de una semana, en un nuevo sistema sustitutivo del CIP, en permanente contacto con las organizaciones empresariales, sindicales, estudiantiles y juveniles".

La doble maniobra de Balladur, repliegue e iniciativa, se produjo tras confirmarse la victoria del bloque conservador en las elecciones cantonales, cuya segunda vuelta se celebró el domingo. La coalición derechista RPR-UDF mantuvo una amplia mayoría en los consejos regionales, pero, por otra parte, constató que el Partido Socialista ha salido del coma electoral y que, desde el desastre de las elecciones generales de 1993, ha recuperado la confianza de un tercio del electorado.

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