La televisión alemana reduce su información desde España
Klaus Bresser, de 57 años, director de programas informativos de la ZDF -la segunda cadena de la televisión pública alemana-, tomó el jueves pasado el avión para Madrid con una misión poco grata: echar el cierre a la delegación que ha funcionado en la capital de España desde principios de los años setenta.El final del franquismo, la transición a la democracia o la participación de España en la Unión Europea han proporcionado historias suficientes como para transmitir a Alemania hasta 300 minutos anuales de información sobre España.
"No es que, España haya dejado de interesarnos. Desde luego, vamos a continuar ocupándonos de los asuntos de aquí desde nuestra oficina de París", explica el directivo de la ZDF. "Pero las dificultades económicas nos obligan a recortar gastos". Antes de Madrid, cerraron sus oficinas de Nueva York y de Atenas.
¿Qué le ocurre a la televisión pública alemana? "De los 6.000 millones de marcos que anualmente se gastan en publicidad, las cadenas privadas reciben la mayoría explica Bresser. "A la ZDF sólo nos llegan 350 millones de la publicidad, en vez de los 700 que veníamos recibiendo en anos anteriores. Cubrimos el 60% de nuestro presupuesto con el canon que pagan los televidentes, pero tenemos un déficit importante en la parte que hasta ahora se pagaba con la publicidad".
Menos interés
No sólo la ZDF tiene problemas. También la primera cadena de la televisión alemana (ARD), la más importante de toda Europa por su cifra de negocios, aplica la tijera. No ha cerrado su delegación en Madrid, pero ha reducido sus efectivos a la mitad.A las razones económicas se une el evidente descenso de interés por España. La ZDF tiene que atender ahora otras prioridades, como el este de Europa y la propia situación interna de la Alemania reunificada.
El ejecutivo de la ZDF cree que la información es una de las grandes opciones de futuro para el mantenimiento de las televisiones públicas. "En Alemania, no hay duda: la audiencia de los informativos de cadenas públicas es el doble o el triple de las privadas, y en cuanto hay un acontecimiento importante, como el golpe de Estado en Rusia, casi el 100% conecta con los informativos de nuestras cadenas". Cada hogar alemán paga una suma equivalente a 2.000 pesetas al mes para sostener la televisión pública.
Generalizar, a la hora de hablar del papel que pueden desempeñar las televisiones públicas en el inmediato futuro, puede ser absurdo. Poco tiene que ver el sistema alemán con el español. A la pregunta: "¿Concibe usted la posibilidad de que subsista una televisión pública sin que los usuarios paguen por verla?", el directivo de la ZDF contestó: "Desde luego que no".
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