Noche de muñecas

No estaban allí por el viaje a Palma de Mallorca para dos personas. Las 50 modelos noveles, que aún se tambalean al pisar la pasarela con tacón de aguja, se presentaron el jueves a la elección de la Top model Madrid en la discoteca Windsor con la ilusión de que un cazatalentos las descubriera. Las jóvenes llegaron con sus trajes de noche en las mochilas y aguantaron seis horas para saber si estaban entre las 25 que pasaban a la segunda etapa, celebrada anoche. Las adolescentes desfilaron con nobleza, pero no sabían que en la sala no había ningún ojeador de maniquíes. Unicamente estaban sus padres y sus hermanos.Las agencias internacionales asentadas en Madrid, como Avenue y Life, no presentaron a ninguna de sus modelos.

"Me pregunto si los premios llegarán a manos de las ganadoras, porque la organización ha sido un desastre. El jurado de la primera fase ha sido improvisado, han tenido a las chicas dos horas esperando y las modelos que llegaban tarde también se sumaban al desfile. Ha

sido un caos", reclama María José Perucha, coordinadora de la escuela de modelos Metrópoli. El segundo premio consistía en un book o carpeta de fotografías hechas en estudio. La sesión de rayos UVA sería para la tercera.Mandaban los nervios

Las concursantes, entre las cuales figuraba una chica con el oportuno nombre de Chanel, no se enteraron de lo que ocurría delante de las bambalinas. Detrás del escenario, los nervios se lo impedían. "Tengo el estómago contraído y no es la primera vez que desfilo en público", confiesa Elisa Vázquez. Acaba de cumplir 16 años, pero vestida de noche y maquillada con clase aparenta ciertamente más de 20. Su madre le ha cosido el traje y su padre no ha venido. "Está enfadado, porque no estudio", explica.

Javier Salmerón ha sido el responsable de la organización. El se encarga de la imagen de la sala Windsor y ha impedido el ingreso de las amigas y hermanas menores de 16 años. "No me puedo arriesgar, porque las redadas de menores en discotecas están a la orden del día".

La madre de Aurora Fernández no tiene ninguna duda acerca del porte de su hija. "Aurora no es del montón. Tiene futuro", declara, convencida. Aurora, que ha venido escudada también por su novio, tiene el brazo escayolado y cree que eso la deja en desventaja frente a las otras chicas.

Cati Bayona, directora de la escuela de modelos Forbild, creyó estar al borde de una pesadilla. "Esto es una catástrofe. El descontrol es absoluto, no se ha respetado la opinión del jurado, no se han contado los puntos, es un desastre. Y eso que nueve de mis chicas han pasado a la final", despotrica. La primera noche el jurado. estaba formado por Miss Comunidad de Madrid, la modelo Raquel Gilabert, los directores de las escuelas de modelos presentes y una periodista de Telemadroño que se acercó a Windsor para hacer un reportaje y acabó emitiendo un veredicto.

Las modelos se vestían y desvestían con una rapidez asombrosa, considerando que las 50 chicas sólo disponían de un lavabo.