"Hay que agredir a la clase dominadora"
Radicales etarras proponen un "nuevo frente": atentar contra grandes empresarios y financieros
La aparente inactividad de ETA en los últimos meses es tan sólo un espejismo. La policía teme que, en cualquier momento, la organización terrorista cometa un sonado atentado o intente realizar un secuestro. Un grupo del sector duro de la banda ya ha propuesto a la dirección abrir "un nuevo frente". Se trata, como dicen en un documento interceptado en Francia, de "agredir a la clase dominadora" en un momento de gran sensibilidad social ante la grave crisis económica de España. "Es quizá el momento de aportar de nuestra parte el apoyo al sentir colectivo", argumentan. Las hermanas Esther y Alicia Koplowitz, propietarias de Fomento de Construcciones y Contratas, o el ex ministro de Economía Miguel Boyer son algunos de los citados como víctimas potenciales.Los autores de semejante propuesta indican que, en una primera fase, comandos de la organización tendrían que colocar coches bomba en las residencias de destacados empresarios y financieros españoles aunque, precisan, "sin producir víctimas". "Después tendríamos que dar un paso cualitativo, comenzando a ejecutar a determinadas personas de la clase alta del Estado español".
"Claro está, esto no lo llevaríamos a cabo en Euskadi", agregan los redactores del plan terrorista, en línea con la estrategia que está llevando la dirección de la banda en los últimos tiempos.
El documento-propuesta argumenta que, en la actualidad, "el ambiente popular" es más sensible a todo lo relativo a la crisis económica. "Si hiciéramos un par de ekintzas [acciones, atentados] aquí, siempre serían bien acogidas por el pueblo", aseguran. Entienden los promotores de esta iniciativa que coches bomba colocados contra destacados personajes del mundo financiero generarían presiones contra el Gobierno de las que ETA podría beneficiarse.
Las fuerzas de seguridad fueron alertadas mediante una circular hace un mes de la probable reactivación etarra. Sin embargo, los analistas de la lucha antiterrorista no han prestado gran credibilidad a las referencias concretas a empresarios y, de hecho, alguno de ellos no ha sido avisado de que su nombre figura en el documento. "Lo mínimo es que te adviertan de que tu nombre figura ahí, aunque sea para decirte que no es creíble la amenaza", indica una de las personas citadas.
Además del empresarial o financiero, los etarras del sector duro -ellos mismos hacen referencia a otro grupo que propugna el fin de la lucha armada- citan otros posibles "frentes de intervención", como los atentados contra miembros de la Ertzaintza (policía vasca). "Otro ejemplo de cómo nos encontramos con las manos atadas: por un lado, sabemos que [los ertzainas] están supliendo en numerosas ocasiones al aparato represor con total impunidad; te da la impresión de que tienen un salvoconducto para ejercer esa profesión, sólo por el hecho de ser una policía autóctona".
El documento añade que no deben realizarse atentados generalizados contra la policía vasca, sino elegir a "aquellos individuos concretos que se hayan destacado efectuando dicha represión, o bien esos otros que, aprovechando su status, se benefician en su provecho (droga, chanchullos varios ... )". "No necesitamos de ningún elemento represor en Euskadi, ya vistan el uniforme del Estado español, ya se disfracen con colores rojos, blancos, verdes, representando ese supuesto Gobierno vascongadillo", apostilla el documento.
La elaboración de este informe -interceptado a finales del ano pasado- coincidió prácticamente en el tiempo con el asesinato en Bilbao, el 22 de noviembre de 1993, del sargento mayor de la Ertzaintza Joseba Goikoetxea.
Paralelamente, los promotores del "nuevo frente" empresarial y financiero sostienen que, coincidiendo en el tiempo, ETA debe programar una serie de atentados contra el sector turístico a lo largo de la próxima Semana Santa. "Nos parece muy positiva la campaña llevada a cabo el año pasado contra las vías férreas y os animamos a que sigáis por este camino ( ... ) Intentaremos actuar fuertemente en Semana Santa del 94 para que la campaña incida antes del verano sobre las compañías turísticas y sobre los futuros turistas del verano
Los terroristas detallan en el documento qué atentados concretos se pueden realizar este ano, aunque especifican que se trataría de acciones que no provocasen víctimas: "Poner cargas explosivas en el exterior de hoteles que rompan todos los cristales, explotar algunas cargas explosivas en autobuses, vehículos particulares de extranjeros cuando sean aparcados y no haya posibilidad de crear víctimas"; "se podía también explotar algún coche bomba con 20 o 30 kilos de explosivos durante la noche en algún paseo marítimo o avenida donde se concentran gran cantidad de hoteles y apartamentos".
En los últimos años, con excepción de 1992 -cuando fue detenida la cúpula etarra-, ETA ha desarrollado durante las vacaciones de Semana Santa numerosos atentados contra intereses turísticos y vías de comunicación.
El informe-propuesta concluye indicando que, en el momento político actual, es conveniente "bajar el pistón" y no poner "coches bomba por doquier". "Cuando no se puede avanzar es cuando se establece un tope y, agobiados por las condiciones y por el factor tiempo, apretamos el acelerador sin ver si delante hay un muro o un precipicio que nos lleva a la ruina".
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