Cuerpos de gomaespuma
La compañía Deliciosa Royala construye los personajes de unanueva serie de televisión
No son actores de carne y hueso, sino de gomaespuma y trapos, como deseaban los padres de la nueva serie de televisión que los lanzará como estrellas. El dúo Gomaespuma encargó a la compañía Deliciosa Royala que dieran a luz a 62 protagonistas con gafas y narizotas (cada uno de ellos cuesta unas 300.000 pesetas) para su próximo trabajo, que emitirá Tele 5 el próximo mes de abril.
Y los 20 miembros de la Deliciosa se pusieron manos a la obra. Llevan casi 15 años metidos en este mundo animado y ya han concebido más de 500 seres de látex o gomaespuma para espectáculos teatrales, lo mismo para los que se representan en la calle que los que se exhíben en televisión.
En su taller del barrio de Tetuán todo tiene que ver con los muñecos: las sillas tienen nariz, las esquinas están ocupadas por figuras acartonadas y unas grandes bandejas con ojos, narices o cabezas se pasan de mano en mano y se colocan a secar. Huele a pegamento, a pintura y a la madera que se usa para hacer los decorados de la nueva serie de televisión.
Los 20 miembros de Deliciosa Royala no son especialistas en escenarios ni maderas. Uno de los fundadores de la compañía define así lo que es toda una filosofía de vida: "Somos especialistas en muñecos, sólo muñecos; sólo muñecos es lo que queremos hacer. Con ellos nacimos", asegura tajante su creador.
Organización y producción
Antonio Aragón, uno de los tres fundadores de la compañía, se dedica ahora más a la organización y producción que a los aspectos creativos del asunto. De esto último se ocupan Lourdes Sánchez y Manuel Román. Cada uno de ellos supervisa el trabajo de sus muñecos en dos cadenas de televisión. Lourdes se encarga de dirigir a nueve manipuladores (esas personas que con sus manos y su voz dan vida al trapo de los muñecos) en El Circo de TVE. Y Manuel, en Los muñecos de Gomaespuma, controla el buen hacer de cuatro manipuladores y el movimiento de 62 figuras adornadas, todas, con gafas y narizotas por exigencias del guión.
Hasta 1992 se dedicaron a montar sus obras y a enseñarlas al mundo en giras interminables. Ahí quedan títulos como Los trabajos de Hércules, ¿Adónde...?, Yo, Pierre Riviere, o Calibán. Naturalmente, añoran esa época, pero la atracción de la televisión y la crisis permanente del teatro les empujó hacia Gomaespuma.
Buscaron inspiración al otro lado del charco, en Norteamérica, donde Jim Henson fabrica sus famosos Teleñecos. Hasta allá se fueron para aprender sus secretos. "Nosotros queremos demostrar que podemos hacer lo mismo, pero con menos costes", asegura tajante uno de ellos.
De hecho, dicen, es la única empresa en España que ofrece un producto completo. Idean los personajes, los diseñan, los construyen -fabricarlos cuesta una media de 300.000 pesetas-, los manipulan y se encargan de toda la puesta en escena.
El último, un montaje sobre la obra La tempestad, de Shakespeare, se gestó mediante una práctica habitual de la compañía: un laboratorio de investigación en el que participaron distintos especialistas, profesores de la Escuela de Artes y Oficios, actores y escenógrafos.
Todos se encerraban en una vieja casa de Chinchón, su antigua sede, durante semanas y salían sólo cuando cada detalle estaba listo: una historia nueva, los muñecos y el texto. Los carteles de las representaciones cuelgan ahora por las paredes y los baúles, restos de su paso por festivales internacionales (Hungría, Cuba, París y muchos otros en España) se amontonan todavía en la parte alta de las estanterías.
Un buen manipulador
"Un muñeco sin un buen manipulador no es nada, no tiene ni voz ni alma; está muerto", dicen. Encima de la mesa descansa una de las creaciones más queridas por todos, una especie de mascota del grupo representada en un muñeco feísimo y tierno construido con desechos que atiende al nombre de El Homúnculo.
"Él tiene un carisma especial para nosotros, pero hay muchos más". Tantos, que esta labor artesanal se convierte casi en una tarea de dioses: ninguno de los muñecos se recicla o se utiliza para un nuevo proyecto, porque "un personaje no sirve para cualquier cosa, cada uno tiene su pasado, su historia, sus gestos, una vida con principio y fin. Como la nuestra".
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