La controversia y el congreso socialista

La síntesis de la controversia en el equipo económico socialista se expresa así: incentivar el ahorro a través de los modelos de capitalización, como los PAP, pero sin confundirlo con el desarrollo pendiente de los planes de pensiones, que en el futuro deben apuntalar la complementariedad de un sistema distributivo de jubilaciones.

Este criterio no ha impedido, sin embargo, que en las últimas semanas fuera tomando cuerpo la idea de legislar los planes de pensiones a semejanza de las cuentas de ahorro para vivienda, sintetizando una vez más liquidez y ventajas fiscales. Los defensores de los fondos de pensiones se aplican en demostrar el papel equilibrador de estos instrumentos en el sistema financiero, papel que no tendrán los PAP sea cual sea su éxito de mercado. En este sentido, es destacable el hecho de que los fondos de pensiones internacionales, aparentemente desconocidos pero omnipresentes, se han convertido en una forma de financiación en absoluto desdeñable para las empresas españolas. Su presencia en el accionariado de grandes compañías -Repsol, Iberdrola y Telefónica, entre otras- es sólo la parte visible de estos enormes icebergs Financieros cuyos flujos de dinero suponen el 50% de la capitalización bursátil española de no residentes.

El debate sobre la concomitancia ahorro-pensiones no ha hecho más que empezar. De momento, el congreso federal del PSOE, celebrado este fin de semana, ha provocado un aparcamiento de las decisiones, y el Ministerio de Economía ha dejado claro que no adoptará una posición sobre el retoque de los planes de pensiones hasta que esté consensuada la nueva ejecutiva socialista. El enfoque definitivo sobre esos planes se efectuará en la Ley del Seguro Privado, que el ministerio ralentiza. Economía no dispone de un dictamen, y no lo tiene porque todavía no ha enviado al Consejo Económico y Social (CES) los aspectos fiscales del proyecto.