La oposición acusa al régimen de Túnez de asfixiar la libertad con la excusa integrista
El régimen tunecino corre el peligro de asfixiar la democracia con la excusa del peligro ilamista, aseguró ayer a EL PAÍS Moncef Marzuki, ex presidente de la Liga Tunecina de Derechos del Hombre y candidato frustrado a las elecciones presidenciales, que se celebrarán, junto con las legislativas, mañana.Moncef Marzuki, de 55 años de edad, médico que cuenta con un largo historial como defensor de los derechos humanos, asegura que la aparición del fenómeno integrista en su país y el ejemplo de Argelia han provocado el recorte de los avances y las promesas de democratización efectuadas en 1987 por el presidente Zine Ben Alí, cuando tomó el relevo de Habib Burguiba.
"En aquella época se crearon sindicatos independientes, se legalizaron partidos y contamos incluso con una organización de defensa de los derechos humanos. Estábamos convencidos que, Túnez se iba a convertir en el escaparate de la democracia en el mundo árabe. Todos dimos nuestro apoyo a Zine Ben Alí, yo mismo lo voté en 1989. Pero desde hace dos o tres años, las cosas han cambiado y vivimos como en las peores épocas de la dictadura de Burguiba", afirma este dirigente político.
Falta de debate
Marzuki asegura sufrir sobre sí mismo los efectos de esta involución desde que el pasado mes de febrero trató de presentarse como candidato a la presidencia de la República, contando con el aval de más de doscientos intelectuales y numerosas asociaciones cívicas y culturales.Con este gesto Marzuki intentaba romper "la unanimidad de fachada" y la "falta de debate democrático", que, según él, caracterizan las elecciones presidenciales tunecinas. El frustrado candidato dice que los comicios sirven para "prebiscitar al presidente", quien, siguiendo una tradición histórica, acaba presentándose siempre como "candidato único".
Marzuki asegura que le era técnica y políticamente imposible conseguir el aval de los 30 diputados o presidentes comunales requeridos por la ley para poderse presentar como candidato, y que por ello se dirigió al propio, presidente Zine Ben Alí para que avalara personalmente su nominación como aspirante a la jefatura del Estado. Esta petición nunca tuvo respuesta.
El doctor Marzuki hablaba en su domicilio de la capital, pocas horas después de regresar del extranjero, donde ha estado en contacto con los emigrantes y ha explicado la situación política en la que se encuentra el país. Tambien les manifestó su escepticismo ante un proceso electoral.
Marzuki asegura que no abandonará el combate y que iniciará, después de las elecciones, un proceso de "reconstrucción del tejido político" en Túnez.
En su opinión está reconstrucción pasa por un "desarrollo político y democrático" e incluye la legalización del partido islamita Ennahdha.
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