Detenidos seis jóvenes en Navarra por ayudar a ETA

Seis jóvenes residentes en la localidad de Berriozar, situada junto a Pamplona, fueron detenidos ayer por efectivos de la Guardia Civil, y cinco de ellos fueron trasladados a dependencias de la Dirección General de este cuerpo, en Madrid, bajo la acusación de colaboración con la banda armada ETA. El sexto fue ingresado en un centro sanitario de Pamplona aquejado, según la Delegación del Gobierno, de una crisis de ansiedad".Entre los detenidos figura el presidente del Consejo Navarro de la Juventud, Jaime Iribarren, que fue arrestado a las nueve de la mañana en la plaza Eguzki. Los demás detenidos, con edades comprendidas entre los 22 y los 25 años, son, según informaron fuentes de las Gestoras Pro Amnistía de Navarra, Juan Carlos Castañares Larrea Pedro de Miguel, José Félix Puyo Rebollo, Emilio Castillo y,Mikel Medel. La Guardia Civil los localizó de madrugada en sus domicilios en una operación conjunta que se desarrolló entre las 3.10 y las 4.00 de la madrugada.

El delegado del Gobierno en Navarra, Pedro Luis de Alegría, informó ayer que los seis jóvenes están acusados de formar parte de un comando de apoyo a ETA. Entre las acciones que se les imputan están el incendio y destrucción de una caseta de control de Renfe en Berriozar, el 2 de noviembre de 1993. En aquel ataque resultó herido con quemaduras muy graves el empleado que custodiaba las instalaciones. Varios jóvenes prendieron fuego a la caseta cubriendo sus rostros con pasamontañas y capuchas.

El presidente del Consejo Navarro de la Juventud, Jaime Iribarren, sufrió una "crisis de ansiedad", según el delegado del Gobierno, cuando era trasladado a la comandancia de la Guardia Civil en Pamplona y antes de ser interrogado, por lo que fue conducido al Hospital de Navarra después de ponerse los hechos en conocimiento del juez. La madre de otro de los detenidos sufrió también un ataque de nervios. Según Ruiz de Alegría, el tratamiento dado a los detenidos fue "exquisito".

Jaime Iribarren se presentó voluntariamente ante los juzgados de la Audiencia Nacional en 1992, poco después de que las fuerzas de seguridad lo vinculasen con actividades de ETA, tras haber desarticulado al comando Nafarroa. Tras pasar varios días en una vivienda rural propiedad de su familia, Iribarren declaró ante el juez y quedó en libertad sin cargo alguno.