Güelfos y gibelinos

La campaña electoral italiana ha tenido un doble motivo de interés. El primero ( ... ), por las consecuencias que los resultados electorales tendrán en los futuros equilibrios políticos. El segundo ( ... ), por la relación que se ha establecido entre la reforma del sistema electoral y el comportamiento de la opinión pública. (... ) El bipartidismo -incluso en su versión imperfecta, como es la italiana- presupone una orientación colectiva que considera la política de forma pragmática y no ideológica. La finalidad de este sistema no es el de realizar amplios programas de transformación y de reformas, sino la de conseguir una gestión que sea lo más eficaz para la sociedad. ( ... ) Ésta es la filosofía del bipartidismo. E incluso es la filosofía, como sucede en Alemania, del tripartidismo, en donde el tercer partido puede formar mayoría con uno de los dos partidos principales porque las posiciones de esos dos partidos no son demasiado distantes. (...)El problema es que en Italia los partidos conservan toda su carga ideológica, su contraposición frontal, la cual, mediatizada ya no por los programas, sino por las personas, adquiere una especial violencia emotiva. ( ... ) Y cuando ( ... ) existe una situación traumatizada por tensiones profundas e insalvables, se corre el riesgo de la fragmentación. Como está sucediendo en Italia, en donde parece que se ha vuelto a la época de las luchas entre güelfos y gibelinos. (...)

15 de marzo