El PSOE plantea pedir auditorías externas para controlar sus finanzas
El congreso federal del partido socialista puede dar un nuevo paso en la prometida transparencia de la financiación de los partidos políticos al incorporar auditorías externas a los mecanismos de control de las finanzas del partido. La propuesta, que aparece formulada en la ponencia-marco que debatirán los delegados, tiene el respaldo de importantes miembros de la actual comisión ejecutiva que desean acabar con las acusaciones de corrupción que en los últimos años se han convertido en la principal arma arrojadiza de la oposición y de los adversarios de la mayoría socialista.La secretaría de administración y finanzas, cuyos responsables fueron relevados tras el estallido del caso Filesa, y a cuyo frente se encuentra, desde hace tres años, Francisco Fernández Marugán, es la principal impulsora de la reforma en el control de la financiación, gastos y contabilidad de las federaciones del partido. La peculiar estructura del partido socialista hace que, actualmente, las federaciones regionales, las organizaciones provinciales e incluso las locales gocen de una amplia autonomía en la administración.
En el capítulo quinto, dedicado al modelo de partido, la ponencia-marco propone al congreso que refuerce los mecanismos de control de la Comisión Ejecutiva Federal, incluyendo la solicitud "de auditorías externas cuando así lo considere necesario para un detallado conocimiento de las cuentas de que se trate".
Los partidos políticos que reciben subvenciones públicas están obligados por ley a presentar ante el Tribunal de Cuentas sus estados financiacieros, pero no tienen obligación alguna de someterse a controles externos como sí lo hacen, por ejemplo, las sociedades anónimas o las que cotizan en Bolsa.
El volumen de ingresos manejado por el conjunto de la organización del PSOE en 1992 ascendió a 7.601 millones de pesetas. De estos ingresos, 5.780 millones procedían de las subvenciones oficiales ordinarias, vía presupuestos generales, y la financiación de cargos públicos que perciben los grupos socialistas del Congreso, Senado y de los distintos parlamentos autonómicos. El resto corresponde a ingresos por cuotas, donaciones y recursos propios del partido.
Responsables de la secretaría de administración y finanzas subrayan que las cuentas de 1992, que ofrecieron un superávit de 1.362 millones, son atípicas, ya que ese año no hubo ningún tipo de elecciones, a las que se deben las cuantiosas deudas acumuladas por los partidos políticos. El endeudamiento del PSOE a finales de 1992 era de 7.957 millones, a los que venían a sumarse los intereses de la deuda, devengados y no satisfechos, por valor de 3.801 millones de pesetas.
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