El PP niega la licencia de apertura a la nueva academia de danza flamenca Amor de Dios
La escuela de baile tuvo que desalojar por ruina su sede de los últimos 30 años
La academia de danza española Amor de Dios -23 profesores y 800 alumnos- se tuvo que mudar con sus taconeos desde la calle de la que tomó su nombre, en el distrito de Centro, hasta el barrio de Arganzuela. La ruina tuvo la culpa. Ahora la maldición ha vuelto a caer sobre el mundo del flamenco madrileño: el Ayuntamiento, por boca del concejal de Arganzuela, Clemente Torres, ha negado la licencia de apertura la nueva sede. Sin embargo, los munícipes aseguran que "se tolerará" el funcionamiento de la academia mientras no haya denuncias de los vecinos.
A la burocracia municipal no le cabe en la cabeza una escuela de flamenco en el mismo distrito donde ensaya la Compañía Nacional de Danza, dirigida por Nacho Duato. La academia nació en la calle del Amor de Dios, en el barrio de Antón Martín, hace más de 30 años. En sus salas dio sus primeros pasos de baile Antonio Gades y, años más tarde, Carlos Saura filmó algunas escenas de la película Carmen.Los flamencos madrileños, que temían una diáspora de maestros y alumnos, salvaron de la piqueta la academia con encierros y manifestaciones por bulerías. Una prórroga arrancada a los propietarios les salvó del desahucio el pasado verano, y con el nuevo año se trasladaron a los actuales locales de la calle de Fray Luis de León.
El maestro Tomás de Madrid lleva 20 años de clases y ensayos en Amor de Dios: sus alumnos le siguen ciegamente. María Magdalena, con su vara de mando para marcar los pasos, le lleva 10 años de ventaja.
"Sí, esto está muy bien, pero echamos de menos el sabor de la vieja escuela de Amor de Dios", alegan los más viejos de la academia.
Todos los maestros
Joaquín Sanjuán, presidente de la Federación de Entidades Flamencas de la Comunidad de Madrid, que agrupa a 27 asociaciones y peñas de la región, se hizo cargo de la gestión de Amor de Dios tras el desahucio. "Aquí están todos: María Magdalena, Azorín, Carmen Cortés... Ésta es la mejor academia de baile flamenco del mundo", se jacta Joaquín.
La mala suerte se ha vuelto a cruzar en el camino de Amor de Dios. Creían contar con el visto bueno municipal cuando se trasladaron a la planta baja (500 metros cuadrados) de un edificio de nueva construcción de Arganzuela.
A finales de enero, pocos días después de que la ministra de Cultura, Carmen Alborch, entregara a la academia la medalla de plata de las Bellas Artes, la Junta de Distrito de Arganzuela notificó a la academia que no tenían el visto bueno oficial. La zona admite actividades culturales en sus parcelas, pero siempre que ocupen "un edificio completo".
El concejal Clemente Torres se hace el despistado. Pero aún recuerda la amenaza de cierre de la sala de teatro alternativo Cuarta Pared, en el mismo distrito de Arganzuela.
"Si no se puede dar el permiso de apertura, no lo voy a dar, pero si no se presenta una denuncia tampoco voy a cerrar la academia de baile", asegura Torres con las ordenanzas en la mano. No hay orden de cierre para Amor de Dios, pero se va a tolerar su continuidad.
Nombre registrado
Amor de Dios es un nombre registrado por la Consejería de Cultura, que pretende que la academia se traslade dentro de dos o tres años a las instalaciones del futuro Centro Regional de la Cultura y las Artes, en la antigua fábrica de cervezas El Aguila, también en Arganzuela. "La situación actual de la academia es precaria, sin licencia, pero confiamos en que podrá seguir abierta unos años", asegura el viceconsejero de Cultura, Ramón Caravaca.
El Ministerio de Cultura y la Comunidad apoyaron el traslado de Amor de Dios con 20 millones de pesetas para acondicionar el local. Los profesores corren con los gastos de mantenimiento del local y pactan libremente sus honorarios con los alumnos que acuden a sus clases, de diez de la mañana a diez de la noche.
Alimi, de 25 años, y Ami, de 29, acaban de llegar de Japón, aunque no es la primera vez que acuden a las clases de esta academia. Son estudiantes de danza que buscan perfeccionar su estilo con varios maestros españoles. "Esto sólo se puede hacer aquí, en Amor de Dios", asienten.
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