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Patronal y sindicatos del metal alemán evitan la huelga en el último minuto

Después de 13 horas de enconada reunión, la patronal y el sindicato alemán del metal (IG Metall) llegaron ayer a un acuerdo que evitará la huelga prevista para mañana. El principal punto del acuerdo prevé que los más de 3,4 millones de trabajadores del sector recibirán un aumento salarial del 2% a partir del próximo 1 de junio y durante siete meses. Este incremento es muy inferior al 6% exigido al comienzo de las negociaciones por las organizaciones sindicales, aunque tampoco llega a la pretensión de alza nula esgrimida por los empresarios.

El acuerdo también recoge que el tiempo de trabajo semanal se reducirá de la actuales 36 horas a 30 horas, para evitar de esta forma una cadena de despidos. No obstante, esta reducción de horas no llevará consigo una compensación salarial general. Tan sólo algunos grupos, aún sin definir, verán aumentar sus sueldos entre un 1 y un 7%, aunque a este conjunto de trabajadores no, se les asegura totalmente la continuidad de su puesto de trabajo.A la salida de la tensa reunión, el presidente de la patronal del metal alemán, Hans-Joachim Gottschol, precisó que "entre los acuerdos que hemos suscrito también destaca el mantenimiento de la paga extraordinaria de vacaciones, que supone un 150% del salario mensual". El número de días de vacaciones se mantiene como hasta ahora, es decir, en 30.

Por su parte, el presidente de IG Metall, Klaus Zwickel, tras señalar que "el pacto se ha logrado en el último minuto", manifestó que "sin los más de 1,5 millones de personas que participaron en las huelgas de advertencia las pasadas semanas y el voto positivo del 92,2% de los trabajadores a favor de la huelga, tampoco hubiera sido posible el acuerdo".

Acuerdo de referencia

En el principal caballo de batalla, el aumento salarial, ambas partes han cedido. Los representantes sindicales comenzaron las negociaciones con una petición de aumento salarial que rondaba el 6%. Los patronos, por su parte, querían un incremento nulo. La solución definitiva ha quedado, pues, entre ambas posturas, aunque con un importantísimo complemento: la continuidad de la práctica totalidad de los puestos de trabajo.

Además, el pacto, y sobre todo el incremento salarial, jugará el papel de convenio de referencia para el resto de las negociaciones salariales que hay en marcha. Unas negociaciones especialmente difíciles por la seria crisis de la industria europea, a la que no es ajena Alemania.

Tanto Gottschol como Zwickel insistieron en que el compromiso tan sólo es un pacto piloto. No será definitivo hasta que sea aprobado por todos y cada uno de los estamentos del sindicato del metal y por los gremios que la patronal tiene distribuidos por toda la geografía alemana.

Este principio de acuerdo despeja una sombra que se cernía sobre la economía alemana: la primera huelga en diez años en el sector de la metalurgia, uno de sus pilares básicos.

Ahora, los trabajadores deberán volver a las, urnas para dar su voto respecto a otras huelgas, al igual que lo hicieron a mediados de la pasada semana los empleados de las industrias del Estado federado de la Baja Sajonia. La huelga que ha quedado desconvocada afectaba a empresas de la importancia de Mannesmann, Bosch, Miele o MAN.

El acuerdo alcanzado entre la patronal y el sindicato del metal fue recibido con gran alegría en el ámbito político. El vicepresidente del Partido Socialdemócrata Alemán (SPD), Oskar Lafontaine, aseguró que el pacto logrado ayer "ha supuesto una auténtica señal de sentido común dentro de la actual crisis econórnica".

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