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70 detenidos en relación con una red que obligaba a prostituirse a dominicanas

Àngels Piñol

Vivían en clubes de alterne de Terrassa (Barcelona), Lérida, Castellón y Pamplona, y se prostituían para pagar una deuda imposible de cancelar. La policía realizó ayer una redada en prostíbulos de esas ciudades donde fueron detenidas 20 personas acusadas de proxenetismo y de integrar una red que había captado a 50 dominicanas, que llegaron a España con la intención de trabajar como dependientas y empleadas de hogar. Las víctimas, que residían ilegalmente en España y también fueron detenidas, serán repatriadas.La investigación policial se inició hace meses, tras comprobar un aumento espectacular de mujeres de la República Dominicana que trabajaban en clubes de alterne de Cataluña. El principal responsable de la organización era Diomedes M. M., conocido como El Negro, de origen dominicano, nacionalizado español hace meses.

Diomedes, detenido en su domicilio de Barcelona, está acusado de convencer a las víctimas para que viajaran a España mediante dos sistemas: hipotecando las propiedades de sus familiares -algunas de las afectadas han aportado documentos que así lo acreditan- o comprometiéndose a pagar la deuda -un millón y medio de pesetas- en España.

Diomedes facilitaba documentación falsa a las víctimas, que llegaban a España en calidad de turistas y eran recogidas en los aeropuertos por la compañera de aquél, Ana María J., argentina, quien las instalaba en dos pisos, situados en las calles del Parlament y de los Vergós, en Barcelona, hasta asignarles un prostíbulo, donde acababan residiendo. La organización se amparaba en la crisis del mercado laboral en España para justificar el incumplimiento de sus promesas de proporcionar a las afectadas trabajo como empleadas de hogar, dependientas o en el sector de la hostelería.

La red actuaba en combinación con los propietarios de los siete clubes de alterne -cuatro de ellos en Terrassa y los otros tres en Lérida, Castellón y Pamplona- que se repartían la recaudación. Ana María era la encargada, según fuentes policiales, de pagar a las víctimas, a quienes descontaba del sueldo varias partidas por manutención, atención sanitaria, tramitación de documentos y pago de la deuda. Como mucho, les pagaban menos de cinco mil pesetas para que fueran sobreviviendo.

Sellos falsos

La policía se incautó de tampones, propiedad de Diomedes, que se usaban para falsificar los certificados de entrada o salida de España de las ciudadanas dominicanas. El objetivo era evitar que las víctimas, que teóricamente eran turistas, tuvieran problemas con la aplicación de la Ley de Extranjería, que permite sólo una estancia continuada en el país de tres meses. Por cada sello, las dominicanas debían abonar 100.000 pesetas a la red.

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La redada concluyó a las cuatro de la madrugada y permitió detener a ocho supuestos proxenetas en Terrassa -donde vivían la mitad de las afectadas-, a tres en Lérida y a otros tantos en Navarra, donde residían 8 y 15 mujeres, respectivamente.

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