El Madrid no da opción a la sorpresa
El Coren de Orense no pudo aprovechar los descansos de Sabonis
No hubo sorpresas. Y eso que durante unos minutos, los que descansó Sabonis, dio la sensación de que el Coren quería subirse a las barbas de su enemigo. Llegó a estar con tan sólo cuatro puntos de desventaja, momento en el que el madridismo empezó a temerse lo peor. Pero ahí se quedó. Volvió a saltar a la cancha Sabonis y el alarde gallego se derrumbó. El lituano impuso su ley bajo el tablero (sumó 15 rebotes en los 30 minutos que jugó), obsequió al personal con una docena de exquisiteces y puso el marcador en su sitio (78-67).No hizo un gran partido el Madrid, pero tampoco lo necesitó para mantener a salvo su jerarquía. Su fórmula habitual le basta para establecer diferencias. Se esfuerza al principio, se estira y luego se deja llevar. Ayer, le sacó un cuerpo a su rival bien pronto (18-8 a los 8 minutos). Y llegó al descanso con un poquito más de renta (41 -26).
El Coren Orense semiestrenaba entrenador, Randy Knowles, pero poco importó. El Madrid de Sabonis es mucho Madrid. El equipo gallego no pudo lucir su famoso quinteto: Espinosa estaba ausente por unas molestias en la mano. Para colmo de males, Brad Wright, el más alto y corpulento de sus jugadores, les abandonó enseguida.
Todo se ponía cuesta arriba por tanto para el Coren. Sabonis, encima, se permitía el lujo de clavar un triple (46-30), para establecer la máxima diferencia del partido y terminar por hundir al bloque gallego. Y, de pronto, el lituano se dolió de su rodilla derecha y asomó una pequeña cojera. Sembró la alarma. Luyk, que sabe como nadie lo que el Madrid necesita al lituano para renovar el título en esta competición, le sentó. Salió Antonio Martín.
Fue producirse el cambio y el Coren se vino arriba y el Madrid, abajo. Allá empezaron a mostrar sus habilidades Turner y Thompson, una pareja de americanos individualistas pero excelentes. Son elásticos, malabaristas y osados. Con ese carácter comenzaron a poner puntos, tapones, saltos y todo tipo de florituras. De pronto, como sin saber por qué, los gallegos estaban ahí encima, a cinco puntos del Madrid (62-57, a 6.23 para la conclusión). Pero cuando el Coren empezaba a soñar con el milagro, Luyk recuperó a Sabonis. El lituano volvió a imponer su ley.
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