Rutskói quiere ser presidente, y Jasbulatov, dejar la política
Los líderes de la oposición rusa liberados el sábado recuperaban ayer sus fuerzas para el próximo capítulo de la lucha contra Borís Yeltsin, en el que se plantean lograr elecciones presidenciales anticipadas con. el que fuera vicepresidente del país, Alexandr Rutskói, como candidato. El antiguo presidente del Sóviet Supremo Ruslán Jasbulátov declaró ayer, por su parte, que se va a retirar de la política.
El equipo de Borís Yeltsin analiza los pasos que condujeron a la liberación de los principales enemigos del presidente y los que hubieran podido dar para obtener un resultado más favorable al líder ruso.Rutskói nunca ha abandonado la idea de competir por la presidencia, según manifestó su ayudante Andréi Fiódorov a la agencia Reuter. Mientras tanto, el ex jefe del Sóviet Supremo Ruslán Jasbulátov dijo que quiere dejar la política porque siente "una fuerte repulsión por los políticos modernos. Maquiavelo era un niño comparado con ellos".
Economista de profesión, anunció que su próxima actividad será poner en orden sus papeles. Luego preparará la publicación, en dos tomos, de la obra Economía mundial y relaciones económicas internacionales, en la que, asegura, mostrará "todo el absurdo de la reforma económica rusa".
Desde que se anunció la amnistía, la televisión rusa ha alimentado un ambiente de histeria y ha creado una sensación de inminente enfrentamiento. Los locutores han mezclado todo tipo de noticias en un solo paquete, desde un fallido atentado contra el alcalde de San Petersburgo, Anatoli Sobchak, hasta la posibilidad de que los liberados organicen manifestaciones en el futuro.
La calle, sin embargo, no confirmó ayer el mensaje alarmista, ya que el ambiente fue tranquilo y el único amnistiado que salió a manifestarse en el centro de Moscú junto a un reducido grupo de personas fue Víctor Anpílov, un impenitente predicador de mítines comunistas. El ex vicepresidente Rutskói renunció a aparecer en la cruz de los caídos, un modesto monumento improvisado junto a la Casa Blanca, hoy la sede del Gobierno y antes del Parlamento ruso, en recuerdo de los muertos del 3 y el 4 de octubre pasado.
Elecciones, sí o no
La Constitución de Rusia establece que el actual presidente concluya el plazo de su mandato, lo cual permite a Yeltsin permanecer legalmente en el poder hasta junio de 1996, cuando se cumplan cinco años de su elección. Sin embargo, antes de que la Constitución fuera aprobada, en diciembre pasado, Yeltsin dijo que convocaría elecciones presidenciales para junio de 1994. Aunque la Ley Fundamental exime a Yeltsin de su promesa, todo indica que la oposición al presidente intentará abrir un debate sobre ese tema y utilizar la inestabilidad política para argumentar a favor del adelanto de los comicios presidenciales.Desde Suiza, el jefe de la Administración presidencial, Serguéi Filátov, se manifestó ayer a favor de clarificar jurídicamente la disposición de amnistía. En contra de lo decidido por la Duma, pidió continuar la búsqueda de culpables en los sucesos de octubre de 1993, la rebelión contra la disolución del Parlamento decidida por Yeltsin.
Por su parte, Yuri Baturin, ayudante de Yeltsin en temas de seguridad, acusó al ex fiscal general, Alexéi Kazánnik, de apresurarse a liberar a los presos antes de que se elaborasen algunos detalles de la disposición de amnistía.
Ayer salió de la cárcel otro enemigo del presidente Yeltsin, detenido el pasado octubre. Se trata de Stanislav Térejov, presidente de la Unión de Oficiales.
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