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Sevilla volverá a beber agua del Guadalquivir

El cambio de agua en Sevilla coincidirá con la Feria de Abril, si no llueve hasta entonces. Junto al sabor de la manzanilLa o el fino que corren por esa fecha, los sevillanos volverán a notar el desagradable gusto M agua que, en lugar de llegar de los embalses del norte de la provincia, será extraída directamente del Guadalquivir. En este momento los embalses disponen de reservas para atender el consumo de la ciudad durante cinco meses.

Pasa el invierno y las reservas de agua para el abastecimiento de Sevilla siguen sin recuperarse. La primavera no es la época más lluviosa de Andalucía Occidental: la sequía sigue por tercer ano consecutivo. Se avecina un. verano duro.Durante los meses de diciembre y enero -cuando menos lo necesitaba-, el sistema de abastecimiento de la ciudad y su área metropolitana recibió aguas del embalse de El Pintado, una reserva construida expresamente para su utilización en regadíos. Transcurrida la época invernal, los agricultores han recuperado sus derechos sobre estas reservas, provocando la caída en picado del volumen de agua embalsada con destino al abastecimiento de Sevilla. A finales de enero la ciudad disponía de 162 hectómetros cúbicos; a comienzos de febrero, tan sólo 93 hectómetros cúbicos. Si se resta el volumen de Iodos, quedan 75 hectómetros útiles, exactamente la cantidad que consume la ciudad durante cinco meses, según fuentes de Emasesa, la compañía pública encargada del abastecimiento. Tendrán que recurrir de nuevo al bombeo del agua directamente del Guadalquivir a través de las obras de emergencia realizadas al amparo del decreto de sequía.

Esta situación, aun siendo mucho más favorable que la del año pasado, no es extensible a la cuenca del Guadalquivir. Los embalses del río y sus afluentes disponen de 614 hectómetros cúbicos, 84 más que en 1993 por estas fechas (aun así, la media de los últimos cinco años, parte de los cuales han sido muy secos, es de 809 hectómetros cúbicos).

Esta contradicción no se superará hasta que aumenten las garantías del abastecimiento de agua al millón largo de residentes instalados en torno a la Giralda. Poner en funcionamiento de nuevo las bombas extractoras del Guadalquivir -paradas desde septiembre pasado- podría evitarse, según fuentes de Emasesa, si estuviera disponible el embalse de Melonares en el norte de Sevilla.

El proceso de construcción de esté embalse, proyectado para almacenar 200 hectómetros cúbicos, sigue a ritmo lento por culpa de su emplazamiento, en plena zona natural protegida como es la Sierra Norte de Sevilla. Por ser una obra de titularidad estatal, es competencia de la Dirección General del Medio Ambiente rubricar la declaración de impacto ambiental. Sin embargo, la Agencia del Medio Ambiente de Andalucía (AMA) tiene algo que decir, ya que está situado dentro del territorio de su competencia. Y lo ha dicho. Los ríos que discurren por esta seca comarca tienen un cauce muy estrecho, de manera que cualquier regulación que se les aplique acaba con el entorno vegetal que los envuelve.

Un gran negocio embotellado

Nadie tiene la culpa de que pasen tres años consecutivos sin llover sobre Andalucía occidental. Para afrontar circunstancias así están las compañías suministradoras, las confederaciones de cuenca y el Ministerio de Obras públicas, Transportes y Medio Ambiente. Al margen de las obras de emergencia para paliar las restricciones, en estos años no se ha avanzado un milímetro para garantizar el abastecimiento a Sevilla o Cádiz.Cádiz continúa con restricciones y Sevilla volverá de nuevo a tirar del río Guadalquivir para no tener que llegar a ese extremo. A cambio, recibirá agua de baja calidad, que en muchos casos no cumplirá los parámetros establecidos por las directivas europeas de agua potable.

Expertos del agua en la región lamentan que no se haya alcanzado un acuerdo de transacción con los agricultores concesionarios del embalse de El Pintado. Ellos cederían el agua de buena calidad de este embalse a los sevillanos a cambio de agua procedente del Guadalquivir. Pero nadie se moja teniendo delante elecciones autonómicas y europeas.

Entretanto, los vecinos de Sevilla se lanzarán pronto a la compra de agua embotellada, en la que fácilmente pueden gastar 15.000 millones de pesetas por temporada, más o menos lo que cuesta construir tres embalses para que la misma historia no se vuelva a repetir.

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