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Detenidos tres menores acusados de colocar la cinta que degolló a un motorista en Barcelona

Àngels Piñol

Sólo estaban jugando. Querían, dijeron, ver cómo rompía un coche la cinta de embalar tendida por ellos a lo ancho de la calle. El desenlace del juego, un motoristaque falleció, degollado por la cinta, ha sido estremecedor. Tres jóvenes- dos gemelos de 15 años y otros chaval de 14- fueron detenidos ayer acusados de colocar, en la calle de la Indústria de Barcelona, la trampa que mató en la madrugada del jueves a Juan Matías Delgado, de 42 años, que volvía a casa en su Vespa. Los niños, pertenecientes a familias con problemas, se desplomaron ante la policía.

Alguna obsesión tendrían por las cintas de embalar K. e I.M. -los hermanos gemelos-, de 15 años, y J.M., de 14 años, porque en las Navidades pasadas ya intentaron que una mujer tropezara con una de esas cintas de nailon, que extendieron a lo ancho de la acera. La mujer vio la cinta y la quemó con un encendedor. El jueves, al conocer cómo había muerto el motorista, llamó a la policía.Como esta mujer, lo hicieron más personas del barrio barcelonés de Camp de l'Arpa, en uno de cuyos extremos ocurrió el accidente que costó la vida a Matías Delgado cuando éste se dirigía a su domicilio tras cerrar el restaurante Montseny, que regentaba en el barrio de Gràcia.

Los vecinos aportaron datos sobre los chicos y jóvenes conflictivos del barrio o con problemas en sus casas. Pero la Policía estaba ya sobre la pista: no tenían ninguna duda de que se trataba de una gamberrada cometida por niños o adolescentes que no previeron sus posibles consecuencias. Inspectores del grupo de menores de la policía peinaron el barrio en busca de datos para localizar a los autores de la estúpida trampa e interrogaron, prácticamente casa por casa, a un centenar de vecinos.

Familias conflictivas

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¿Y qué hacían niños de esas edades jugando en la calle de madrugada? "Pertenecen a familias conflictivas, el padre de unos de los hermanos trabaja de noche, y ellos solían escaparse alguna vez por la ventana", señalan fuentes de la investigación.

Los tres niños merodeaban por la calle de la Industria sobre la una de la madrugada. Como en Navidad, cuando quisieron hacer caer a una vecina, cogieron una cinta de embalar de una camioneta de transporte de cristales. Esta vez fueron más allá y, con total inconsciencia, extendieron la cinta a lo ancho de la calle y la ataron a una canalización de gas y a una farola. La colocaron a 1,5 metros del suelo; o sea, a la altura de su pecho. Ese dato confundió a los investigadores en un principio, porque revelaba que se trataba de personas altas y quizá no tan jóvenes como todo parecía indicar.

Los menores tensaron la cuerda y esperaron a ver qué sucedía, ocultos detrás de los coches aparcados. Dijeron que esperaban ver qué ocurría cuando pasara un automóvil. Cuando vieron que el motorista se había estrellado contra la cuerda, huyeron despavoridos. Matías fue auxiliado en un primer momento por un taxista, con quien llegó a intercambiar varias palabras antes de morir víctima de un estrangulamiento por asfixia producida por rotura de la. tráquea.

Mientras tanto, los dos gemelos fueron a su domicilio y J., el menor de 14 años, fue a su casa, adonde había regresado su hermano D., de 12 años, a quien relató lo ocurrido. Ésa es la versión contada por este pequeño, en principio, arrestado como presunto cómplice. El niño de 12 fue puesto anoche en libertad sin cargos, al comprobar el juez que no había participado en los hechos, aunque sabía qué pasó porque se lo había contado su hermano.

La policía retrasó las detenciones hasta el mediodía de ayer para evitar el espectáculo de practicar los arrestos en los colegios. El juez instructor, Juan Pablo González, que se inhibirá en favor del juzgado de menores, ya anunciaba sobre esa hora que la policía estaba detrás de "pistas sólidas" que conducían al menos hasta dos personas.

Los tres menores no serán sometidos a la justicia penal. Tener menos de 16 años les libra de los tribunales normales porque así lo prevé la legislación española, que en esta materia es una de las más progresistas.

Mientras, medio centenar de vecinos, muchos de ellos motoristas, se concentraron ayer en solidaridad con Matías en el punto donde éste encontró su absurda muerte; allí colgaron una pancarta junto a una corona de flores en la que se leía: "Matias, siempre te recordaremos".

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