EL OLIVO QUE HUYÓ POR LA M-40
El fotógrafo captó el pasado miércoles la detención de un olivo desaprensivo que, desoyendo el destierro que pesa sobre los árboles, había osado penetrar en los límites de la ciudad. Aunque todavía se están evaluando los daños causados por sus vertidos ilegales de oxígeno a la atmósfera madrileña, ya se sabe que los niveles de nitrógeno y de azufre han bajado alarmantemente.
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