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En Mallorca no hay agua para el té

La principal isla balear propone transportar agua en aljibes esde la Península para paliar la sequía

"Existe una mafia del agua ligada a especuladores y urbanizadores ilegales de Palma y otros ayuntamientos del interior que traman un acuerdo con el Ayuntamiento palmesano para venderle agua" desde concesiones otorgadas a usos agrícolas. Otras versiones daban por hecho un preacuerdo entre el presidente balear, Gabriel Cañellas, con su homólogo catalán, Jordi Pujol, para vender agua sobrante del Ebro a los mallorquines.Con el agua no se puede comerciar ni tampoco puede ser objeto de trueque entre Pujol y Cañellas. Es un bien público, y mientras no cambie la Ley de Aguas, Cataluña carece de competencias sobre la que encauza el Ebro. El presidente de la Confederación del Ebro calificó la insinuación de "auténtico disparate", ya que, en caso de llegarse a ese extremo, la única autoridad competente para dar semejante luz verde sería la Confederación, en quien la ley ha depositado la gestión del agua del Ebro.

El Ministerio de Obras Públicas no aborrece la idea, tal como está la situación y siempre que no se cobre por el recurso. Existen otros precedentes. Ceuta recibe agua de los aljibes-transporte que la acarrean desde Algeciras, y Melilla, desde Almería.

La prórroga del decreto-ley contra la sequía por un año más, publicada en el BOE el pasado viernes, otorga a las autoridades de las islas una herramienta para paliar la emergencia de la situación a corto plazo. Pueden modificar las concesiones otorgadas a usos agrarios y ceder agua para abastecimientos. El mencionado decreto declaró como obra urgente la construcción de un trasvase desde Sa Marineta hasta las inmediaciones de Palma por valor de 1.400 millones de pesetas.

Mientras se negocia el traspaso de competencias sobre este recurso del Estado al Consell Insular, la Dirección General de Obras Hidráulicas ha trabajado en la redacción de un acuerdo que será rubricado en breve por el ministro José Borrell y Gabriel Cañellas, presidente del Gobierno balear. Mediante este acuerdo, el Estado se compromete a aportar 12.000 millones de pesetas para financiar dos actuaciones relevantes para el futuro. Una será la construcción de un trasvase a Palma desde Sa Costera, una zona montañosa donde brota agua de calidad que hasta ahora vertía directamente al mar.

La segunda será la construcción en Calviá de una desaladora con capacidad para reconvertir 40.000 litros diarios de agua salada en agua potable.

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