30.000 personas paralizan Linares para exigir a Suzuki que no cierre la planta de Santana

UNA COMARCA AMENAZADA. La ciudad jienense de Linares (61.000 habitantes) vivió ayer una jornada de manifestación masiva en protesta por la decisión de la multinacional japonesa Suzuki de suspender pagos en su filial Santana Motor y ante la amenaza de cierre de la planta, lo que puede generar un paro superior a los 10.000 trabajadores. Alrededor de 30.000 personas se concentraron en la ciudad, y un grupo de trabajadores cortó la carretera de Andalucía durante una hora. Los sindicatos arremetieron contra la política económica del Gobierno, al que acusaron de debilidad ante las presiones extranjeras, y exigieron a la empresa japonesa que cumpla los compromisos adquiridos con la Junta de Andalucía de aumentar la producción. Linares y su comarca dependen de la fábrica de Santana, donde trabajan 2.400 personas.

Unas 30.000 personas se concentraron ayer a mediodía en la plaza del Ayuntamiento de Linares (Jaén) para protestar por la suspensión de pagos presentada por Santana Motor y pedir a Suzuki, principal accionista de esta empresa, que cumpla el laudo pactado en marzo del año pasado. Suzuki ha asegurado que sólo aportará 5.271 millones para cubrir pérdidas. Sin embargo, el año pasado acordó poner en marcha un plan industrial y laboral para garantizar la viabilidad de la empresa, consistente en ampliar la producción en 50.000 coches y reducir la plantilla en 318 personas, consiguiendo aumentar la productividad un 35%.Esta es la mayor concentración que se ha producido en la historia de la ciudad de Linares, donde se teme el cierre de la única empresa de automoción de Andalucía, que da empleo directo a 2.400 trabajadores.

La ciudad, de 61.000 habitantes, se paralizó. completamente para concentrarse en Santana y recibir a los miles de trabajadores de toda la provincia que querían manifestar su solidaridad. Aunque en la concentración no se produjo ningún incidente, los ánimos estaban encrespados, lo que provocó que se multiplicaran las críticas contra la multinacional japonesa y la política económica del Gobierno. Después de mediodía, un grupo de manifestantes cortó durante una hora el tráfico en la carretera de Andalucía.

El secretario de CC OO de Andalucía, Julio Ruiz, asumió la responsabilidad que supone el representar al sindicato mayoritario en la factoría y lanzó las palabras más duras de las pronunciadas ante los concentrados. Indicó que la situación por la que está atravesando Santana Motor es consecuencia directa de la política económica que aplica el gabinete que preside Felipe González: "Esto es consecuencia de la debilidad que el Gobierno demuestra ante el chantaje del capital extranjero".

Julio Ruiz arremetió contra la Junta de Andalucía, que medió en la firma del laudo entre trabajadores y dirección de Santana, afirmando que el Gobierno autonómico debe adoptar una actitud más activa que la meramente arbitral desempeñada hasta ahora, "puesto que no se trata de un problema laboral más, sino del hundimiento de toda una comarca y una provincia".

El responsable regional de UGT, Cándido Méndez, también culpó a la administración de la crisis de Santana, al subrayar que no sólo es responsable la multinacional japonesa, sino también "quienes sin cautela ni garantía hacen que esto se lleve a cabo descaradamente".

Cándido Méndez, que vive el conflicto con un interés especial al haberse criado en Jaén, pretende que el tema de Santana trascienda las fronteras provinciales y regionales. "Tenemos que convertir el problema de Santana en un problema nacional, como hizo la Generalitat y el Gobierno con Seat". Añadió que la multinacional pretende utilizar "a miles de rehenes andaluces" para conseguir de la Administración nuevas subvenciones.

El responsable del automóvil de CC OO, Ramón Gorriz, pidió que el Gobierno realice un plan industrial "que frene acciones como las que las multinacionales están llevando a cabo". Una de las propuestas que lanzó es que la Junta de Andalucía entre a formar parte del accionariado de Santana, "para que los japoneses no se salgan con la suya".