Amedo y Domínguez salen siete días de la cárcel antes de su pase a tercer grado

Los ex policías José Amedo y Michel Domínguez, condenados en 1991 a más de un siglo de cárcel por su colaboración con los GAL -organización terrorista anti-ETA con 26 muertes en su haber-, salieron en la tarde de ayer de la cárcel de Guadalajara con un permiso de una semana, que les había sido denegado en dos ocasiones por el juez de Vigilancia Penitenciaria de Ocaña. El permiso, concedido por la Audiencia de Guadalajara tras un recurso del fiscal, enlazará posiblemente con el inminente pase de ambos reclusos al régimen de tercer grado, lo que les permitirá regresar a la cárcel sólo a dormir.

Amedo y Domínguez, que abandonaron la prisión de Guadalajara pasadas las 17.00 de ayer, habían pedido el permiso el 9 de diciembre y contaban con el visto bueno de la Junta de Régimen de la cárcel, pero el juez de Vigilancia Penitenciaria de Ocaña -competente en Castilla-La Mancha- se opuso. El recurso del fiscal de la Audiencia de Toledo ante el mismo juez también fue rechazado, por lo que el ministerio público apeló en enero a la Audiencia de Guadalajara, en cuya demarcación está la prisión.Los autos favorables de la Audiencia, fechados el día 14, llegaron a la cárcel ayer tarde. Amedo y Domínguez salieron inmediatamente, abandonando el lugar en un taxi en el que se había trasladado desde Madrid la esposa de Amedo, informa Servimedia.

Las resoluciones que conceden los respectivos permisos, firmadas por los magistrados Víctor Manuel Sanz Pérez, María Isabel Serrano Frías y Ángeles Martínez Domínguez, razonan que los expolicías "reúnen en su comportamiento los requisitos precisos", ya que están "clasificados en segundo grado, tienen cumplida la cuarta parte de la condena y observan buena conducta".

Frente al criterio del juez de vigilancia, en atención a que a Amedo y Domínguez "les resta un lapso temporal para obtener la libertad muy superior al periodo durante el cual han estado privados de libertad", la Audiencia de Guadalajara invoca el artículo 25.2 de la Constitución, que fija que las penas privativas de libertad "estarán orientadas hacia la reeducación y reinserción social".

"Mínima relación familiar"

La sala señala que tal reinserción "se logra, en primer lugar, manteniendo al menos una mínima relación familiar", y que se trata de casos exentos de "especial peligrosidad o riesgo de fuga", que la Administración "descarta y que además en cierto modo estaría obligada a vigilar". El auto añade que "tampoco cabe desconocer la Posibilidad legal y reglamentaria de la progresión del grado de cumplimiento penitenciario, para cuya verificación la integración familiar resultaría aconsejable". Aluden así a la posibilidad de que ambos pasen en breve a tercer grado.La Audiencia Nacional condenó en septiembre de 1991 a Amedo y Domínguez a 108 años y ocho meses de cárcel cada uno por seis delitos de asesinato frustrado, asociación ilícita y otros delitos menores cometidos por los Grupos Antiterroristas de Liberación (GAL). Este es el primer permiso ordinario de que disfrutan ambos ex policías desde que ingresaron :en prisión en agosto de 1988. En 1992 y 1993 salieron en varias ocasiones a la calle con permisos extraordinarios concedidos, en su mayoría, por razones médicas como la enfermedad de sus respectivas esposas.

El magistrado Cándido Conde-Pumpido Tourón, portavoz de Jueces para la Democracia -la asociación progresista de la que es cofundador el ministro de Justicia Juan Alberto Belloch-, relacionó ayer este permiso con la anunciada concesión de indultos a guardias civiles condenados por el caso Linaza y subrayó que tales medidas "quiebran la confianza de los ciudadanos en la autodepuración del aparato del Estado".

El rechazo a la posible concesión del tercer grado penitenciario a los ex policías fue ayer casi unánime entre los partidos políticos. El portavoz de Justicia del PP, Federico Trillo, discrepó de la posible progresión de grado por considerar esta medida "absolutamente desproporcionada" para personas con condenas de más de cien años.

El consejero de Interior vasco, Juan María Atutxa, declaró ayer que "no hay que hacer distinciones entre unos y otros terroristas". En su opinión, la reinserción "es un derecho de cualquier terrorista o delincuente", y Amedo y Domínguez tienen derecho al tercer grado "siempre que", indicó, "exista verdadera sinceridad en su disposición a reinsertarse". El presidente del PNV, Xabier Arzalluz, coincidente con este criterio, también exige que los ex policías se arrepientan de forma expresa de sus pasados delitos.

El diputado de Izquierda Unida (IU) Antonio Romero expresó su confianza en que el ministro de Justicia no autorice el tercer grado penitenciario. Romero la posición de Felipe González, partidario de conceder el tercer grado a Amedo y Domínguez, "viene a confirmar que se encuentra en la línea de lo que dijo en su día: que la democracia se defiende en las alcantarillas y en los desagües" y agregó que tal actitud equivale a justificar "intelectual y políticamente la guerra sucia y la utilización de la violencia terrorista".