El rey del barco vikingo

Koss se destacó ayer en el medallero con dos títulos más. Ahora suma cinco oros, por tres de Rusia. Una de las vencedoras fue Stine Lise Hattestad en los baches del esquí artístico (el canadiense Jean-Luc Brassard ganó en hombres). El otro, el auténtico rey de los Juegos, Johann Olav Koss, en los 1.500 metros del patinaje de velocidad.En el Drakkar, la preciosa sala olímpica de Hamar en forma de barco vikingo invertido, la locura de los 13.000 espectadores fue el espejo de todo el país. El esquí de fondo y el patinaje de velocidad son aquí la pasión, y Koss, un estudiante de medicina en Oslo al que le gusta montar a caballo y los Dire Straits, es ya el gran rey, por delante de los fondistas y del líder alpino Kjetil Andre Aamodt, sólo plata en el descenso el primer día.

Koss, un espléndido atleta de 1,87 metros y 85 kilos, batió el domingo el récord del mundo de los 5.000 metros y volvió a superar ayer el de 1.500, para ganar su segunda medalla de oro ante los príncipes holandeses: Ritsma, al que arrebató la plusmarca, y Zandstra. En la otra final del día, Italia se afianzó tercera en el medallero al ganar Gerda Weissensteiner el luge femenino.

Hoy, en el supergigante masculino, Aamodt tratará de recuperar protagonismo, por que también habrá fondistas en los 10 kilómetros para quitárselo. Desde luego, no los españoles.